James Hamblin es médico especialista en medicina preventiva y profesor de la prestigiosa Universidad de Yale. Hace seis años que tomó una decisión que, a primera vista, parece de lo más extraña: dejó de ducharse. Hoy mira hacia atrás y no puede estar más satisfecho: “Me encuentro perfectamente bien. Te acostumbras. Me siento normal”, dice el experto de 37 años. Así lo reseñó Clarín.
Sin embargo, en 2015 y contra todas las recomendaciones de otros expertos en salud, tomó una drástica decisión: iba a dejar de bañarse. “Sé de muchas personas que se bañan muy poco. Sabía que era posible, pero quería intentarlo por mí mismo para ver cuál sería el efecto”, dijo en aquella ocasión.
Allí comenzó su experimento. Y lo fue contando en diversos artículos. “Pasamos dos años completos de nuestras vidas bañándonos. ¿Cuánto de ese tiempo (y dinero y agua) es un desperdicio?”, se preguntó en 2016.
Lo cierto es que el reloj sigue sumando minutos, horas y días: Hamblin lleva 5 años sin bañarse y contando. “Con el tiempo, tu cuerpo se acostumbra cada vez más para que no huela tan mal si no usas desodorante y jabón. Y tu piel no se vuelve tan grasienta cuando dejas de usar jabones fuertes” explicó.
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