La parte occidental de Bagdad se vio privada de acceso a la red de suministro de aguas el sábado a causa de un “atentado” del grupo Estado Islámico (EI), informaron las autoridades y los habitantes.
Al parecer, el ataque dañó un poste de alta tensión que suministra electricidad a una estación de bombeo.
Los actos de sabotaje a torres de alta tensión se han incrementado desde el comienzo del verano en Irak, y el país enfrenta una grave escasez de electricidad.
Las autoridades generalmente se abstienen de señalar a un grupo insurgente en particular. Pero esta vez, el ejército iraquí atribuyó el “atentado” cometido el viernes por la noche contra una torre eléctrica en Tarmiya, en los suburbios del norte de Bagdad, a los yihadistas del grupo EI.
La organización, aunque derrotada militarmente en 2017, continúa manteniendo células que ocasionalmente llevan a cabo ataques puntuales y asesinatos selectivos.
La torre de alta tensión servía para alimentar eléctricamente la central de bombeo de Tarmiya, que suministra agua a Karkh, la parte occidental de Bagdad, donde viven varios millones de personas.
Debido a los incesantes cortes de energía en Irak, el abastecimiento de agua es irregular a diario. Para superar estas deficiencias, muchos habitantes de la capital han instalado tanques en sus casas.
En un comunicado, el municipio de Bagdad pidió a sus habitantes “racionar” el uso del agua que almacenan en sus embalses “hasta la vuelta a la normalidad” que debería producirse tras la reparación del poste saboteado.
Hasta ahora, las autoridades han registrado la destrucción de unas sesenta torres de alta tensión en todo Irak, generalmente en zonas desérticas. AFP