“Gracias a Dios que vinieron”, gritó un anciano cuando mis colegas y yo entramos a Kabul el 14 de noviembre de 2001, abriéndonos paso entre una alegre multitud. Así lo reseñó
Las fuerzas antitalibanas de la Alianza del Norte, que contaban con el apoyo de Estados Unidos y otros países occidentales, se habían detenido en las afueras de la ciudad, y los talibanes simplemente habían huido.
Cinco años del régimen religioso más extremo de los últimos tiempos habían terminado.
Bajo los talibanes, Afganistán se había convertido en un agujero negro en el que podían prosperar todo tipo de extremismos.
Solo dos meses antes, los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington habían sido planeados y guiados por Osama Bin Laden y su movimiento Al Qaeda. Nunca se me ocurrió entonces que los talibanes pudieran reaparecer.
Veinte años de conflicto en Afganistán: ¿qué pasó y cuándo?
Desde el 11 de septiembre hasta los intensos combates en el terreno y ahora la retirada total de las fuerzas dirigidas por Estados Unidos, esto es lo que sucedió.
11 de septiembre de 2001
Al-Qaeda, liderada por Osama Bin Laden en Afganistán, lleva a cabo el mayor ataque terrorista jamás realizado en suelo estadounidense.
Cuatro aviones comerciales son secuestrados. Dos son estrellados contra el World Trade Center de Nueva York, que colapsa. Uno choca contra el edificio del Pentágono en Washington y otro se estrella en un campo en Pensilvania. Casi 3.000 personas mueren.
Los primeros ataques aéreos
7 de octubre de 2001
Una coalición liderada por Estados Unidos bombardea instalaciones de los talibanes y de al-Qaeda en Afganistán. Los objetivos incluyen Kabul, Kandahar y Jalalabad.
Los talibanes, que tomaron el poder después de una ocupación soviética de una década, a la que siguió una guerra civil, se niegan a entregar a Bin Laden. Se destruyen sus defensas aéreas y su pequeña flota de aviones de combate.
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