Este domingo viajó al norte un pequeño familiar y en la cena de despedida solo el aplomó del muchachito viajero y el mío evitó que una reunión donde todos los presentes pusimos de nuestra parte para hacerla alegre, hubiera terminado en festival de lloriqueos.
Pero no: Leonardo quien este lunes ya habrá ingresado a la lista de expatriados… apenas tiene 13 años pero su madurez sobresale… sabe o barrunta que probablemente no nos volveremos a ver porque entre sanciones –su destino final es USA- y disparates… en el futuro será muy difícil que los yanquis nos den visa.
Leo entendió a pesar de la corta edad cuando le dije que apartando ese hecho… él no estaría solo… y que contaba con lo poco o mucho que desde nuestra Venezuela le podríamos dar.
Nuestro país, hoy casi tan pobre como lo era hasta que el petróleo sobrepasó las exportaciones agrícolas con creces y sin mucha dificultad… ya no tiene una clase media porque como le he escuchado a una amiga muy querida “somos pobres con casa o apartamento… pobres con cacharra que casi no podemos mantener”.
Y los pobres solo pueden dar consejos.
Y en esas condiciones, mientras se pueda… cada vez emigraran más jóvenes… venciendo mayores dificultades porque occidente… nuestro destino posible… también enfrenta grandes problemas y sus gobiernos le siguen echando leña al fuego.
Bien… es así: Leonardito emigra a sabiendas que difícilmente podrá graduarse en una universidad del norte, ahora tan caras. Su familia carece de los recursos.
No obstante el muchachito está dispuesto a trabajar duro… en lo que “sabe” porque muchas veces… aún antes de cumplir los 10 años… vendía con su hermanita perros calientes, en las canchas de toros coleados… mientras su padre ofrecía botas y sombreros a los coleadores.
Es un caso raro por lo bien informado que está este muchachito con quien tuve largas conversaciones mientras los mayores hablaban pendejadas: entre mucha gente con las que conversé el pasado viernes. . preguntando si sabían que sucedía en México ese día… las respuestas de Leonardito y de una señora de Catia fueron únicas en asegurar que ese día comenzaba un diálogo entre gobierno y oposición radical… en el Museo Antropológico de Ciudad de México.
La señora, chavista, me recordó algunas urracas y urracos del twitter cuando aquellos reclamaban como si tuvieran derecho a censurar las opiniones de otros, con una mentira muchas veces repetida: ella dijo “con criminales no se diáloga”… y punto.
Seguro que es una chavista radical quien pasa por alto las reuniones entre los gobiernos de la Gran Bretaña y Francia… con Hitler etc.
Leonardito en cambio durante la cena dijo sobre el diálogo “eso no llega a nada… porque ambos piden lo que el otro no puede dar… y la oposición está dividida… no tiene ya fuerza. “Pura propaganda que a nadie convence”.
Si la generación baby boomer de la cual somos parte… junto a otra que nos precedió hubiese pensado –y actuado con el pensamiento práctico de Leonardito- seguramente no seríamos una “potencia” como jactancioso decía el presidente Chávez… pero ni estaríamos endeudados… ni estaría la Florida yanqui llena de inversiones que bien han podido fructificar en Venezuela.
Estaríamos trabajando duro… en vez de buscar un grado universitario… para vivir… consumiendo lo que otros pueblos producen… que en Venezuela se podría producir.
Pero eso pasó y veo con dolor cómo se van los Leonarditos… sin que uno tenga argumentos para decirle que se quede… salvo los cantos hipócritas de la demagogia patriotera de quien por ejemplo… y esas aves lamentablemente abundan y proliferan… suele envolverse en la bandera… para hacerle pensar a los más bobos… que ese gesto vacio lo convierte en un ciudadano mejor.
Nuestro país tendrá que arar con los que se nos hemos quedado… incluso con las urracas y urracos
La Nación imperial del norte contará con Leonardito a quien solo atiné a manera de adiós, recomendarle que nunca olvidara su origen… que a pesar de su estatura –ya pasó el 1,80 metros- y que es catirón… siempre será latino.
Que en su nuevo destino a veces nos discriminan… que no lo permita… de buenas maneras… que mejore su inglés hasta igualarse con los yanquis… que no discrimine a los otros venezolanos… pero que no se meta en un gueto porque así siempre será marginal.
Cenamos pizzas con refresco… y le deseamos mucha suerte a él y su hermanita que se van.
Regresando a casa un amigo que invité para que cogiera fuerzas antes de ir a formar fila para poner gasolina… me preguntó “qué opinaba”… como si uno fuese Wikipedia… le contesté refiriéndome al chamo viajero pero también al fulano diálogo que es el mismo inaugurado por la OEA y el Centro Carter… con otros mediadores… “ahora cosechamos lo sembrado durante al menos medio siglo”.