Hong Kong aprobó este miércoles una enmienda que califica al tráfico de animales salvajes como “crimen organizado”, anuncio aclamado por los activistas ecologistas que esperan que esto vuelva más eficaz la lucha contra este lucrativo comercio.
La excolonia británica es un centro de comercio internacional de especies en peligro de extinción, como elefantes, rinocerontes y pangolines, en particular facilitado por su puerto –uno de los más importantes del mundo–, y sus múltiples vínculos en materia de transportes.
Este miércoles, los parlamentarios hongkoneses agregaron el contrabando de animales salvajes en la ley sobre crímenes organizados y graves, como el tráfico de drogas y de humanos.
Originalmente promulgada para luchar contra el crimen organizado, en particular de las Tríadas –grupos mafiosos–, otorga amplios poderes a la investigación policial y prevé severas condenas para los infractores.
Con esta enmienda, los tribunales tendrán poderes más amplios para incautar lo traficado por estos grupos de crimen organizado.
Durante los últimos dos años, la aduana de Hong Kong ha confiscado enormes cantidades de productos provenientes de este tráfico, como 8,3 toneladas de escamas de pangolín y 2,1 de marfil, de acuerdo a un documento oficial.
El más destacado fue un cuerno de rinoceronte de 82,5 kg, incautado en 2019 en el aeropuerto hongkonés.
No obstante, los arrestos de quienes realmente se benefician de este lucrativo tráfico continúan siendo raros.
Hasta ahora, las multas impuestas al contrabando de animales salvajes no eran elevadas y, por lo tanto, muy poco disuasorias.
Jovy Chan, jefe de preservación de la fauna salvaje en WWF-Hong Kong, recibió con satisfacción la adopción de este texto, y espera que “hará posible luchar de manera eficaz contra el contrabando”.
AFP