Estados Unidos impuso sanciones este viernes contra nueve ciudadanos rusos y dos laboratorios científicos dependientes el Ministerio de Defensa de Rusia por su presunta implicación en el intento de asesinato por envenenamiento del opositor Alexéi Navalni y por el programa de armas químicas de Moscú.
“Nuestras acciones hoy envían una clara señal de que no habrá impunidad al uso de armas químicas (…), ya que es inaceptable y viola las normas internacionales”, señaló el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado al anunciar la decisión.
Las sanciones, coordinadas con otras similares por parte del Reino Unido, se producen cuando se cumple el primer aniversario del atentado con un gas nervioso contra Navalni.
“El envenenamiento de Navalni fue una violación escandalosa de las normas internacionales contra el uso de armas químicas y fue parte de una campaña en marcha para silenciar las voces disidentes en Rusia”, señaló la directora de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EE.UU., Andrea Gacki, en un comunicado.
Los laboratorios sancionados por Washington son el Instituto Criminalístico del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) y el Instituto Estatal para Medicina Experimental Militar.
Entre las personas sancionadas se encuentran Kirill Vasiliev, director del instituto, y Vladimir Bogdanov, jefe del centro de tecnología especial del organismo; así como varios funcionarios del FSB que Washington considera que participaron directamente en el intento de asesinato del opositor ruso.
Como consecuencia, quedan congelados los activos que estas personas y entidades puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe las transacciones financieras con instituciones financieras de EE.UU.
Se trata de la tercera ronda de sanciones aplicadas por Washington contra Moscú por el caso Navalni.
El envenenamiento y encarcelamiento de ese líder opositor fue uno de los temas que centró la reunión en Ginebra (Suiza) en junio entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Navalni estuvo a punto de morir en agosto del año pasado al ser envenenado durante un viaje a Siberia y ha acusado a Putin de ordenar al FSB su asesinato.
Su salud ha empeorado desde que ingresó en marzo en un centro penitenciario famoso por numerosas denuncias de abusos y torturas.
EFE