El policía estadounidense que el 6 de enero abatió a una mujer durante la toma del Congreso por partidarios del entonces presidente Donald Trump actuó de acuerdo con las reglas, según una investigación interna, dijo el lunes la Policía del Capitolio.
El oficial, que no ha sido identificado por su seguridad, disparó contra la manifestante Ashli Babbit, una veterana de la fuerza aérea de 35 años y ferviente partidaria de Trump de San Diego, California, que había viajado a la capital a protestar contra la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden.
“Después de entrevistar a varios testigos y revisar la evidencia disponible, incluidas llamadas de radio y video,” la Oficina de Responsabilidad Profesional de la Policía del Capitolio “determinó que el comportamiento del oficial había sido legal y de acuerdo con la política departamental de que un oficial puede usar fuerza letal cuando crea razonablemente que la acción está destinada a proteger la vida humana, incluida la suya propia”.
El policía no estará sujeto a medidas disciplinarias internas, según un comunicado.
Este agente y su familia recibieron “varias amenazas creíbles y específicas” por un hecho ocurrido “en el marco de la labor de todos nuestros agentes: defender al Congreso, a sus miembros, a su personal y al proceso democrático”.
La policía dice que las acciones del oficial “potencialmente salvaron a miembros y personal (del Congreso) de lesiones graves y eventual muerte” frente a “una gran multitud de alborotadores”.
Para muchos partidarios de Trump, Babbitt es una mártir.
Su muerte ha sido calificada de asesinato por el propio exmandatario, quien había alentado a sus partidarios a evitar que el Congreso certificara el triunfo de su rival Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.
“Hablé con la maravillosa madre y el devoto esposo de Ashli Babbitt, quien fue asesinada a manos de alguien que nunca debería haber apretado el gatillo de su arma”, dijo en un comunicado el 11 de agosto.
Cientos de manifestantes pro-Trump irrumpieron en el Congreso el 6 de enero buscando impedir la certificación de Biden. Desde entonces, casi 600 personas han sido arrestadas por su participación en el ataque mortal. AFP