Con grandes expectativas, así inició el año para el sector licorero tras la reapertura legal de los locales con la llegada del esquema 7+7, luego de permanecer cerrados durante 7 meses. Sin embargo, en este primer semestre del año aunque tuvieron un 40% de aumento en la productividad en el sector, este no representa una mejoría debido a que la venta ilícita ha tomado una gran parte del mercado.
Por Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA
Luis Enrique Cárdenas, presidente de la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas (Civea), precisó que además del mercado ilícito, otros factores también han afectado la productividad del sector, entre ellos: la falta de combustible para la distribución del licor, las bandas fiscales, el exceso tributario y que el consumo del licor ha bajado.
“Para el año 1960, cada venezolano consumía 10 litros de alcohol puro, pero ahora ingiere 1 litro, que es muy bajo en comparación de hace unos años, donde consumían de 5 a 6… ese 40% de aumento realmente no representa una gran mejoría”, dice al destacar que antes llevaban la ventaja sobre el mercado ilegal, pero ahora este tiene una ventaja del 55 por ciento.
Cárdenas resaltó que el esquema 7+7, también los afectó, pues según Cámaras Industriales las empresas se encuentran trabajando en un 30 por ciento de su capacidad, por lo que trabajar una semana sí y una no, no les genera mayor producción.
“Se le debería permitir a las empresas trabajar todas las semanas, siguiendo con todas las medidas de bioseguridad, porque trabajar 7 días sí y 7 días no, no es suficiente”, comentó al resaltar que se debe tomar en cuenta que los focos de contagio no vienen en su mayoría del mercado formal.
Registran pérdidas
El vicepresidente de la Federación Nacional de Productores Artesanales de Agave, Egidio Lucena, destacó que la situación para los productores del cocuy no es muy alentadora, debido a que la producción del licor artesanal ha bajado en un 90%.
“Los productores han tenido que vender sus tanques para poder comer, de 3.000 mil productores que habían en Urdaneta quedan alrededor del 10%”, aseguró Lucena, resaltando que los productores han tenido que dedicarse a la agricultura para obtener ingresos por las cosechas.
Asimismo, detalló que por cada carga que logran sacar deben pagar en cada alcabala que encuentran. “Hasta 1.000 dólares se pueden gastar llevando una carga a Caracas, porque hay que pagar en todas las alcabalas”, denunció.
Lo compran
El vicepresidente de la Federación Nacional de Productores Artesanales de Agave, Egidio Lucena, comentó que tras la llegada de la pandemia y la escasez de gasolina y gasoil a nivel nacional, la comercialización del licor artesanal se ha agravado, pues deben comprar el combustible en el mercado negro para distribuir las cargas.
“El combustible ha estado muy difícil, hemos tenido que comprarlo bachaqueado, una pipa de gasoil la venden en 80 dólares, no es tanto la pandemia lo que nos afecta, sino el combustible que no lo hay”.
Adicional, la escasez de agua potable para trabajar las tierras también los ha golpeado, en algunos sembradíos no les llega el suministro lo que los obliga a comprar cisternas hasta en 15 dólares y quien no pueda hacerlo corre el riesgo de perder sus plantas de agave.