La superestrella de gimnasia olímpica Simone Biles dijo el lunes que las preocupaciones por su salud mental que la llevaron a retirarse de varias pruebas de los Juegos de Tokio-2020 habían comenzado incluso antes de su llegada a la capital de Japón.
Biles, de 24 años, sorprendió a todos en los Juegos Olímpicos el mes pasado tras retirarse de la final por equipos y posteriormente del all-around individual.
Considerada por muchos como la mejor gimnasta de todos los tiempos y favorita a ganar varias medallas de oro en Tokio, Biles señaló que se retiró para priorizar su salud mental.
En una conversación en video con su madre publicada el lunes por la marca Athleta, uno de sus patrocinadores, Biles dijo que sus problemas se habían acrecentado con el tiempo. “Ni siquiera diría que comenzó en Tokio. Siento que probablemente fue un poco más arraigado que eso”.
“Creo que fue solo el factor de estrés. Se acumuló con el tiempo, y mi cuerpo y mi mente simplemente dijeron que no. Pero ni siquiera yo sabía que estaba pasando por eso hasta que simplemente sucedió”.
Biles sufrió un ataque de los “twisties” en Tokio-2020, un fenómeno potencialmente peligroso que hace que las gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire.
Más tarde regresó a la arena olímpica para competir en la final de la viga de equilibrio, donde ganó un bronce.
La estrella estadounidense manifestó que si bien estaba decepcionada de no poder entregar su performance habitual de desafiar la gravedad en el escenario más grande de todos (los Juegos Olímpicos), no se arrepiente de poner su salud y seguridad en primer lugar.
“Simplemente apesta. Como entrenar cinco años y no sale como querías”, dijo Biles en el video. “Pero sé que ayudé a mucha gente y atletas a hablar sobre la salud mental y decir que no. Porque sabía que no podía salir y competir. Sabía que me iba a lastimar”.
Biles agregó que se sorprendió por el amplio apoyo que recibió por retirarse de los Juegos para priorizar su salud.
“Obviamente esperaba sentir mucha reacción violenta y vergüenza”, dijo. “Pero es todo lo contrario. Esa es la primera vez que me sentí humana. Además de Simone Biles, yo era Simone, y la gente lo respetaba”.
La texana dijo que espera que ahora su caso anime a otros a pedir ayuda si están preocupados por su salud mental.
“Sé que no es fácil, pero realmente es útil”, dijo. “Y sé que la mayor parte del tiempo tienes miedo de sentirte tonto. Pero, como he aprendido a lo largo de los años, está bien pedir ayuda”.
AFP