Hace poco conversaba con unos amigos que tuvieron cargos importantes, quizás de segundo plano, porque en la AD que fue poderosa, la generación fundadora nunca permitió “a los muchachos” –algunos con medio siglo a sus espaldas- fijar el rumbo y mucho menos mandar… cualquiera fuese el cargo desde donde despachaban.
Bien, era el día anterior al cierre de las inscripciones para candidatos y en ese momento me interesaba conocer las posibilidades de una entente entre Ramos Allup y Bernabé… y si de esa posibilidad podrían surgir candidaturas unitarias. Me pedían un comentario “de voz” para una cadena del sur de California y me pareció que esos amigos ex adecos podían tener una información clave.
El tema de alianzas a última hora ciertamente es moralmente fastidioso, pero una vez iniciada la conversa nos dimos cuenta de cuan inútil también era… porque tanto el amigo ex gobernador de un estado importante, como quien fue alto directivo en el viejo Congreso Nacional… tenían la misma información que este escribano.
Y a pesar de que el amigo de la provincia estaba apurado para tomar “una cola” hacía la capital del Estado que una vez lo vio de gobernador… al cambiar de tema una charla de media hora… se volvió interesantísima y duró casi tres.
El amigo que no menciono, hombre decente, me decía que él estaba investigando la fecha en la cual… con frase prestada de Vargas Llosa… “se comenzó a joder AD “.
Como me preguntó directamente le dije en seguida que ese partido se había jodido cuando perdió el poder… y punto.
Entonces el ex gobernador… buen conversador… cambió de tercio y me volvió a preguntar “Domingo, quise preguntarte según tu opinión la fecha a partir de la cual AD dejó de hacer historia”.
Mi contertulio esperaba que coincidiera con su opinión cuando arbitrariamente situó la fecha en el gobierno de Jaime Lusinchi. En ese punto tampoco le di la razón cuando sin dudar le respondí que AD solo había “hecho historia” en 1945 cuando en su gobierno revolucionario permitió el voto de mujeres, de pobres, de analfabetas y mayores de 18 años… que era un viejo anhelo venezolano. ¡Historia política sin duda!
Añadí que el gobierno democrático de Rómulo Betancourt no pudo hacer historia debido a los alzamientos militares de restos del perezjimenismo, las guerrillas de la izquierda revolucionaria y el intento de magnicidio que afectó físicamente al incansable trabajador que fue Betancourt. Por eso es una incógnita lo que hubiese hecho Betancourt con una mayoría en todos los poderes del estado… y sin la violencia desatada contra su gobierno.
Luego pude dirigir la conversa hacia el futuro pero me di cuenta que a pesar de que en las inscripciones de los candidatos de la oposición solo los de AD fueron se vieron acompañadas de importantes movilizaciones… ese partido… como “la oposición” en general… incluyendo a mis amigos… carece de una teoría para la revolución tecnológica de un siglo que apunta hacia un nuevo feudalismo.
En la situación actual uno escucha a diario sobrevivientes de otras épocas añorando el “Blue Label” que una vez bebieron… y cosas por el estilo.
Todos creen que es fácil volver a la Venezuela Saudita sin darse cuenta que 2 o 3 generaciones de venezolanos por carambola vivimos mejor que todas las anteriores… desde la llegada del petróleo que nos hizo importantes en el mundo.
Bien exportable, casi único, que financió cualquier lujo envidiado por los vecinos durante muchos años y que permitió a gobernantes endeudarnos… “porque los venezolanos tienen con qué pagar”.
Es obvio salvo para los chorlitos, que el mundo no volverá a financiar con sus ahorros una industria de exportación venezolana como fueron las petroleras privadas e incluso PDVSA hoy arruinada.
Y para poner en rumbo un barco a la deriva como mi país donde gente que se supone “estudiada” lo que añora es un whiskey exclusivísimo… que ni en Inglaterra es fácil de conseguir… se necesitan ciudadanos organizados y dispuestos a dar la vida por llevar a la práctica lo que por consenso indique una Teoría para la Revolución Tecnológica.
El gobierno a punta de casinos y bodegones debe suponer que por vía del socialismo esos números de la Venezuela Saudita se pueden rescatar.
No lo creo pero con eso no basta: sin partidos dispuestos a convertirse en la alternativa de futuro por vía de la libertad y el mercado… los sueños de quienes una vez bebieron “Blue Label”… quedarán como anécdota chistosa del abuelito a quien nadie le cree porque a los muchachos nacidos a finales del siglo pasado y en adelante… esas cuitas les aburren.
Quieren cambios en la educación pero en vía de la robótica… la bioingeniería y cosas por el estilo que personajes como la nueva ministra o la Rectora de la UCV… simplemente no entienden.
Por eso el problema de estas elecciones no es votar o abstenerse… es más bien… ¿habrán candidatos que valgan la pena?