La Policía australiana rescató este lunes a un niño de tres años que había desaparecido el pasado viernes en el bosque cuando se encontraba con su familia en una propiedad rural del estado de Nueva Gales del Sur.
Por Infobae
El pequeño, que tiene autismo y no puede hablar, fue descubierto durante un operativo que rastreaba desde un helicóptero una zona de arbustos en una finca en la población de Putty.
El niño, llamado Anthony “AJ” Elfalak, se encontraba bebiendo agua de un pequeño arroyo a unos 500 metros de la casa de la basta finca familiar cuando fue encontrado por las autoridades, conforme al video publicado por la Policía de Nueva Gales del Sur. Tras el avistamiento, una patrulla a pie se dirigió al lugar.
“(El niño) se ha reunido con su familia y está siendo evaluado por los paramédicos”, apunta en un comunicado la Policía.
El padre declaró a los medios locales que su hijo tenía pequeños rasguños de caídas salpullido por los pañales y sufrió abrasiones y mordeduras de hormigas, Calificó de “milagro” que fuera encontrado con vida cuatro días después de desaparecer.
“Está aferrado a su mamá. Tan pronto como la escuchó, abrió los ojos, la vio y se quedó dormido”, relató.
Las autoridades desplegaron el viernes, tras denunciarse al mediodía la desaparición, un dispositivo de búsqueda y rescate con más de 100 personas para recorrer el terreno. AJ fue encontrado en una zona que ya había sido inspeccionada. La policía asume que pasó todo el tiempo en el bosque, dijo la superintendente de policía, Tracy Chapman.
Su capacidad para encontrar agua potable fue clave para sobrevivir, debido al riesgo de deshidratación, añadió Chapman. Por las noches, la temperaturas en la zona descienden hasta los 6 grados Celsius (43 Fahrenheit). AJ estaba de rodillas en el arrollo cuando un funcionario del Servicio Estatal de Emergencias llegó hasta él y le puso una mano en el hombro, dijo el inspector de la dependencia, Simon Merrick. El funcionario “aseguró que él lo volteó a ver con una enorme sonrisa que no olvidará jamás”, contó.
AJ durmió en una ambulancia tras reunirse con sus padres, y despertó hambriento. “Se comió tres rebanadas de pizza y un plátano, así que está muy bien”, declaró un paramédico.
Tras conocer la noticia, el primer ministro australiano, Scott Morrison, expresó su alivio y agradeció el trabajo de las autoridades. “Gracias a dios. Qué alivio. No puedo imaginar lo traumático que ha sido esta experiencia para AJ y sus padres. Me alegra saber que está a salvo. Gracias a la Policía de Nueva Gales del Sur y el equipo de paramédicos”, apuntó en Twitter.
(Con información de AP y EFE)