El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió al nuevo gobierno talibán que debe “ganarse” su legitimidad ante la comunidad internacional, a la que Estados Unidos movilizó este miércoles para ofrecer una respuesta coordinada a la crisis afgana.
El jefe de la diplomacia estadounidense pasó una parte del día en la base área de su país de Ramstein, en el sudeste de Alemania, por donde transitan miles de evacuados de Afganistán.
Llegó allí desde Catar, donde también visitó el principal centro de tránsito de refugiados afganos.
Al final de una reunión virtual a nivel ministerial entre 20 países respecto a la crisis afgana, Blinken advirtió que la comunidad internacional juzgará al gobierno interino afgano “por sus acciones”.
“Los talibanes buscan una legitimidad internacional. Toda legitimidad, todo apoyo, deberá ganarse”, señaló en una conferencia de prensa junto a su homólogo alemán Heiko Maas.
Con sus socios, Blinken explicó haber discutido “la manera en la que vamos a hacer que los talibanes respeten sus compromisos y obligaciones: dejar que la gente viaje libremente para respetar sus derechos fundamentales, incluidas las mujeres y las minorías; velar por que Afganistán no sea utilizado como base para ataques terroristas; no ejercer represalias contra aquellos que eligen quedarse en Afganistán”.
“Impacientes por recibirlos”
Por la tarde, Blinken visitó la base militar, transformada desde fines de agosto en un gigantesco campo de refugiados evacuados desde Afganistán por las fuerza aérea de Estados Unidos.
En el hangar donde esperan sus vuelos a Estados Unidos una parte de los 11.000 afganos refugiados en Ramstein, Blinken se puso de cuclillas y mostró fotos de sus propios hijos a otros niños, algunos hijos de afganos que trabajaron para Estados Unidos.
Blinken también visitó el lugar donde están los menores afganos que han perdido a sus padres.
“Me llamo Tony”, se presentó. “Muchos, muchos, muchos estadounidenses están impacientes por recibirles en Estados Unidos”, dijo Blinken a estos jóvenes.
Estados Unidos evacuó a 123.000 personas de Afganistán, sobre todo afganos que temían represalias de los talibanes.
Pero los responsables estadounidenses reconocen que quedan muchas más que no han podido salir del país y afirman que los talibanes les han garantizado que podrán marcharse.
Durante su paso por Catar el martes, el jefe de la diplomacia estadounidense obtuvo de los talibanes un nuevo compromiso firme de que los afganos que quieran partir del país podrán hacerlo sin trabas.
En Ramstein, Blinken aseguró que Estados Unidos hace actualmente “todo lo que está en sus manos” para reanudar los vuelos de evacuación desde Afganistán y acusó a los talibanes de impedirlos bajo el pretexto de que algunos pasajeros no tenían sus documentos en regla.
Insistiendo en la necesidad de brindar “ayuda humanitaria” rápida a la población, Heiko Maas instó a los talibanes a permitir el acceso de la ONU al país.
“La reapertura prevista del aeropuerto de Kabul sería un paso en esa dirección”, declaró el ministro alemán.
Estados Unidos y sus socios buscan ofrecer un frente unido. El martes los talibanes presentaron un gobierno interino que no cuenta con ninguna mujer ni ningún ministro no talibán, y varios de sus miembros figuran en listas de sanciones de la ONU.
El miedo de los afganos es ver de nuevo un gobierno similar al que los talibanes impusieron entre 1996 y 2001, cuando numerosos derechos, sobre todos los de las mujeres y minorías, fueron pisoteados.
“El anuncio de un gobierno de transición en el que no participan otros grupos y la violencia contra manifestantes y periodistas en Kabul no nos hacen ser optimistas al respecto”, indicó durante la jornada el jefe de la diplomacia alemana.
AFP