Pranato al sur del estado Bolívar tiene en jaque al régimen chavista

Pranato al sur del estado Bolívar tiene en jaque al régimen chavista

 

El negocio del oro ha creado una migración interna en Venezuela. En los últimos años habitantes de otras entidades se han trasladado hasta las zonas mineras para atenuar la crisis económica. Pero en esos territorios bolivarenses también se han consolidado algunos grupos delictivos.

Por: Corresponsalía La Patilla

El 15 de septiembre hubo un nuevo enfrentamiento al sur del estado Bolívar en el sector Villas Las Ansias, cerca de la sede del Comando Rural de San Luis en El Callao. Según la minuta policial, la confrontación fue con sujetos armados que operan en el sector de El Perú.

En el hecho resultaron heridos cinco funcionarios militares identificados como Francisco Javier Perales Lapalma, José Guillermo Rendón, ambos con el rango de sargento segundo; Ángel Eduardo Villarroel y Alonzo Dávila (sargentos primero); y el jefe de la comisión, el primer teniente Nelson Felipe García Silva.

Todos presentaron heridas causadas por esquirlas de granada en distintas partes del cuerpo. Fueron trasladados hasta el hospital Juan Germán Roscio. En el parte policial se registró que se desconoce cuántos delincuentes fueron neutralizados en el enfrentamiento.

En el documento oficial no indicaron con cuál grupo fue el enfrentamiento. Se tiene conocimiento que en el lugar opera la banda de Toto y Zacarías, y también hay presencia del Tren de Guayana y la Organización R, estos dos últimos grupos, según fuentes del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), sostuvieron una confrontación hace unos días por el territorio. “La lucha viene por el control de la mina Belén ubicada en El Callao”.

El régimen de Nicolás Maduro ha intentado implementar “planes de seguridad” para “erradicar” la presencia de estos grupos en las zonas mineras, pero todos sin éxito. Hace tan solo 3 años, el chavismo lanzó un plan para frenar la minería ilegal y emitieron unas 39 órdenes de captura contra personas supuestamente involucradas en la venta ilegal de oro en el extranjero.

Zonas rojas

 

 

Una fuente ligada al CICPC señaló que “llevar un control de las muertes en esas zonas es complicado, debido a que son zonas muy boscosas y profundas. Se registran enfrentamientos de los que muchas veces no llegamos a tener conocimiento y mucho menos sobre la cantidad de muertos, ya que son enterrados en esas áreas”.

“Hay muchas cifras negras que no llegan a la ciudad y para nadie es un secreto que allá ‘comerse la luz’ es pagado con la vida. Si robas, te dan una advertencia o te sacan del pueblo, y también dependiendo de lo que robes, porque muchas veces por eso le quitan la vida a alguien”, añadió.

A eso se le suma las zonas de fácil acceso con las que cuenta la entidad, lo cual da pie al contrabando del oro, armas, combustible, entre otras cosas. “Hace unos años los grupos armados decidieron mover a personas de nacionalidad colombiana disidentes de la guerrilla para que fueran adiestrados”, señaló un militar.

“Se establecieron mayormente entre Tumeremo y San Martín de Turumbán, ubicado frente a la zona en disputa entre Guyana y Venezuela, por la salida hacía el río Cuyuní”, comentó el militar. También hizo referencia a que por ese lugar transita el contrabando sin problemas, ya que hay poca presencia militar por esa vía fluvial.

Un negocio que brilla

 

 

El diputado a la Asamblea Nacional legítima, Rachid Yasbek Valdez, explicó que para los guayaneses el sur del estado Bolívar siempre fue el proyecto de un oasis para Venezuela, porque somos la puerta de entrada al norte de Brasil. “Estamos hablando de un mercado que supera los 10 millones de habitantes. El norte y sur de Brasil están separado por kilómetros de ríos y sin carreteras, es decir, el sur de Venezuela es la entrada para ellos”.

De acuerdo al parlamentario, durante años estuvimos cultivando esa entrada. Se hizo una línea de electrificación donde nuestra energía se podía vender en Brasil, sin perder de vista que el sur del estado Bolívar con sus grandes bellezas era todo un proyecto de inversión que generaría ingresos. “No solo por el tema minero y de orfebrería, sino también por el turismo ecológico que generaba nuestra Gran Sabana y la producción agropecuaria con leche y queso, más la condición ganadera”.

Para Yasbek, la atracción del Estado por el oro vino tras orquestar la destrucción de las empresas básicas. “El régimen volteó los ojos hacia el oro, un mineral totalmente magnetizable en cualquier mercado del mundo. Eso llevó a la destrucción de la ecología y nuestros ríos. Es importante recordar que más del 70% del agua potable del país se encuentra en el estado Bolívar”.

Advirtió que estamos ante un sistema de negocios sin proyectos, ni planificación, lo que ha traído como consecuencia la deforestación y la proliferación de plantas refinadoras de arena de cola para extraer la mayor cantidad de oro. Con las empresas básicas destruidas y la industria petrolera destrozada, comenzó a generarse una economía paralela con mafias al sur de Bolívar, ubicadas en cada uno de esos poblados, municipios, llegando a las urbes como Ciudad Guayana, que se convirtió en un centro de cambio.

Yasbek afirmó que toda esta situación generó mafias y controles territoriales. “El régimen permitió que esto sucediera, sobre todo en manos de Rangel Gómez y ahora en las de Justo Noguera, quienes se dedicaron a la explotación de oro para hacerse ricos. Y eso no ha tenido ningún efecto positivo para los pueblos, porque las carreteras están completamente destruidas y los pueblos abandonados a la desidia”.

Bandas que operan en el estado Bolívar

Tren de Guayana: En Guasipati, municipio Roscio; El Callao municipio El Callao, donde tienen una mina; en Ciudad Guayana, municipio Caroní.

Negro Juancho: En el kilómetro 88, parroquia San Isidro, municipio Sifontes.

Organización R: En El Callao, municipio El Callao, donde tienen el control de una mina que pertenecía al Tren de Guayana. También operan en Tumeremo, municipio Sifontes.

Fabio o Negro Fabio: En la zona de El Dorado, municipio Sifontes.

Zacarías y Toto: En El Callao, municipio El Callao.

El Ciego: En la zona de La Paragua, municipio Angostura, y en Ciudad Bolívar, municipio Heres.

 

Comunicado de las mujeres de Guasipati

El 12 de septiembre un grupo de mujeres de Guasipati hicieron circular un comunicado en el cual denunciaban abusos cometidos por Ronny Yackson Colomé Cruz, alias Ronny Matón, líder del Tren de Guayana. Por su valor testimonial, se transcribe textualmente el escrito:

“Nosotras, madres y esposas de nuestros hombres y niños del municipio Roscio, queremos levantar nuestra voz para que sea escuchada por las autoridades del gobierno.

Aquí en Guasipati estamos cansadas de la dichosa guerra que está haciendo el señor Roni matón con su dichoso Tren de Guayana. Cada vez que ese señor y su gente entran en guerra, son nuestros hijos y nuestros esposos quienes pagan los platos rotos, porque ese señor Roni agarra a nuestros esposos y a nuestros hijos, hasta a los menores de edad, para ponerlos a pelear obligados en esa guerra que es de él, no de nosotros la población de Guasipati.

Ya van varias veces que la gente del señor Roni, a quien ni siquiera conocemos personalmente, tocan nuestras puertas o agarran a nuestros hijos y esposos en la calle y se los llevan obligado a ser parte de su ejército de matones.

Esto es una injusticia y pedimos al gobierno y sus autoridades justicia. Nuestros esposos ni nuestros hijos son matones para que los pongan en esa cosa de sus problemas con gente de otros municipios.

Aquí el poblado de Guasipati lo que tiene es necesidad de trabajo, que nos dejen trabajar la mina para nosotros, la población que está pasando hambre. Por eso la otra vez hasta saqueos se hicieron y eso tampoco nos gusta. Nuestros hijos deben es estar ayudando con sus papás o estudiando.

Por eso pedimos encarecidamente al gobierno se avoque (sic) a poner un parado al señor Roni y su gente del Tren de Guayana. Ya está bueno de abusos con el pueblo. Se llevan a nuestros hijos menores y esposos que nosotras queremos, y si mueren ya eso no es problema de ellos.

Y por supuesto que esta carta no la firmamos con nuestros nombres, porque si lo hacemos matarán a nuestros hombres, a nuestros hijos y esposos. Agradecemos quienes nos puedan ayudar enviando esta carta por los grupos de las redes hasta que el gobierno se avoque (sic) a atender este problema. Aquí en Guasipati hay muchas injusticias. Gracias”.

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