Las largas filas para abastecerse de combustible en Cúcuta han generado controversia e inquietudes respecto al destino final y el tratamiento de la gasolina.
Por EL TIEMPO
Mientras que algunos sostienen que está siendo enviada a Venezuela, otros argumentan que los pimpineros están de vuelta.
Sin embargo, la Gobernación de Norte de Santander y administradores de las principales estaciones de servicio, señalan que el motivo es otro, y este obedece al limitado cupo de gasolina subsidiada destinado por el Gobierno Nacional para el departamento.
El cupo es de 11 millones de galones de combustible y permite a los conductores pagar dos mil pesos menos en comparación con la gasolina en el interior del país. Un incremento del 30 por ciento podría poner punto final a las largas filas que se originan la primera y última semana de cada mes.
“Es un martirio tener que hacer fila para tanquear, esto nos genera pérdidas porque son varias horas quietos sin poder trabajar. A las autoridades les falta más mano dura para los que tienen de negocio esto y se dedican al contrabando”, expresó Adrián Otero, quien es taxista desde hace diez años.
Ante las múltiples quejas y peticiones de conductores de servicio público y vehículos particulares, se han puesto en marcha operativos para contrarrestar el contrabando de combustible e inmovilizar vehículos con tanques sobredimensionados.
Jhon Olivares, secretario de Gestión Minero Energética Sostenible de Norte de Santander, indicó que durante los primeros días de septiembre iniciaron los operativos con el acompañamiento de la Dian, la Policía Fiscal y Aduanera. La meta es verificar el registro de autos venezolanos y sancionar a los revendedores.
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