La historia del Teatro Nacional de Somalia, donado por el dirigente chino Mao Zedong en 1967 y que acoge el evento, ha sido testigo de décadas tumultuosas en este país del Cuerno de África. Fue blanco de ataques suicidas con bombas y sirvió como base para los señores de la guerra.
“Va a ser una noche histórica para los somalíes”, afirmó horas antes su director Abdikadir Abdi Yusuf.
El miércoles por la noche se proyectaron por primera vez películas somalíes: dos cortometrajes del director IBrahim CM, “Hoos” y “Date from Hell”. La entrada costó unos 8,50 euros (10 dólares), un precio elevado para muchos habitantes de Mogadiscio.
La capital llegó a tener muchos cines pero se cerraron cuando estalló la guerra civil en 1991.
Caído en desuso, el Teatro Nacional reabrió en 2012, pero fue destruido dos semanas después por los Al Shabab, una milicia islamista vinculada a Al Qaida que comete ataques en la capital.
Fue restaurado. Su reapertura trae recuerdos de tiempos felices.
“En los viejos tiempos, solía venir al Teatro Nacional a ver conciertos, piezas dramáticas, espectáculos pop, bailes folclóricos y películas, me entristece ver Mogadiscio sin la vida nocturna que había antes”, afirma Osman Yusuf Osman, un cinéfilo.
“Pero es un buen comienzo (…) No me perderé este acontecimiento histórico esta noche”, declaró a la AFP antes de la proyección.
Otros eran menos entusiastas y se preocupaban por la seguridad, como Hakimo Mohamed, madre de seis hijos, que frecuentaba el lugar cuando era niña.
“La gente salía por la noche y se quedaba hasta tarde si quería, pero ahora no creo que sea muy seguro”, comenta.
Los Al Shabab fueron expulsados de Mogadiscio hace diez años, pero siguen controlando zonas rurales.
AFP