La Cámara de Representantes aprobó este martes, gracias a la mayoría demócrata, un proyecto de ley para ampliar el límite de la deuda y evitar que el Gobierno federal tenga que cerrar, una decisión que tendría consecuencias catastróficas para el bolsillo de todos los ciudadanos.
Pero ahora debe ser validado por el Senado, donde los demócratas precisan del apoyo conservador y no lo tienen: “Los republicanos están unidos en oponerse a aumentar el techo de la deuda”, indicó el líder de la minoría en la Cámara Alta, Mitch McConnell.
El Congreso tiene hasta el 30 de septiembre para evitar que el país no pueda cumplir sus compromisos de deuda pública, una situación que atemoriza a políticos, economistas e inversores.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, avisó en un artículo publicado en el diario The Wall Street Journal que, si no se alcanza un pacto, el Gobierno federal se quedará sin fondos en octubre.
Estados Unidos nunca en su historia ha caído en impago. Pero ¿cuáles serían las consecuencias para los ciudadanos?
¿Qué es el límite de la deuda?
El límite de la deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones financieras existentes, incluidas las prestaciones de la Seguridad Social y Medicare, los salarios militares, las devoluciones de impuestos y otros pagos, de acuerdo con el Tesoro.
Cuando el Congreso aumenta o suspende el límite de la deuda, no está dando luz verde a nuevos gastos, sino que está permitiendo al Tesoro que pague los gastos que ya ha aprobado.
¿Qué pasa si el Congreso no eleva el techo de la deuda?
Si el Congreso no eleva el techo de la deuda, el Gobierno federal se vería obligado a incumplir sus obligaciones financieras simplemente porque no podría mantener los pagos comprometidos para los programas federales sin solicitar más dinero prestado.
El Tesoro puede hacer frente a las obligaciones del Gobierno durante un período de tiempo mediante ingresos fiscales, reservas de efectivo y “medidas extraordinarias” que la ley autorizada, como retrasar el pago de la jubilación de empleados federales.
Pero en algún momento se quedaría sin fondos y dejaría de pagar a empleados federales, los suministros militares, los beneficios de la Seguridad Social, los reembolsos para médicos que atienden a pacientes de Medicaid y Medicare o los pagos de intereses sobre las letras del Tesoro.
Eso provocaría a una crisis financiera catastrófica y amenazaría los empleos y los ahorros de los ciudadanos en Estados Unidos, poniendo al país en grandes dificultades económicas justo cuando se está recuperando de la reciente recesión.
Este escenario “probablemente precipitaría una crisis financiera histórica que agravaría los daños de la continua emergencia de salud pública” provocados por la pandemia del COVID-19, escribió Yellen en el diario The Wall Street Journal.
“El default podría desencadenar una subida de los tipos de interés, una fuerte caída de los precios de las acciones y otras turbulencias financieras. Nuestra actual recuperación económica daría marcha atrás y se convertiría en recesión, con miles de millones de dólares de crecimiento y millones de empleos perdidos”, advirtió.
La agencia de calificación Moody’s aseguró este martes en un informe que la recesión derivada de un impago destruiría unos seis millones de puestos de trabajo y la tasa de desempleo subiría al 9%
El precio de las acciones se hundiría un tercio y se perderían unos 15 billones de dólares en ahorros e inversiones los ciudadanos por el derrumbe del mercado.