Por instrucciones del régimen chavista, el año escolar debió iniciar el 16 de septiembre en el territorio nacional, pero en el caso del Zulia, los liceos y unidades educativas no están aptas para recibir a los estudiantes. Abundan las carencias para la convivencia en plena crisis del país. Por ello se teme que el inicio del año escolar esté en “peligro” en decenas de escuelas.
Por: Corresponsalía LaPatilla
Según las cifras que maneja el Magisterio Único Zuliano, el déficit de docentes en la región ronda el 75%. Muchos maestros se han ido del país y otros se dedican a otros oficios o a las escuelas informales (escuelitas), donde perciben mayores salarios y beneficios; en el mismo sentido es conocido que las unidades educativas no tienen condiciones para impartir clases, lo cual desanima al personal docente y además existe el temor de contagio de Covid-19.
La Unidad Educativa “Vicente Lecuna”, ubicada en Maracaibo, cuenta con una infraestructura de una “mega escuela” y alberga dos planteles más: “Ecolástico Andrade” y “Francisco Duarte” (escuela técnica). Esta unidad educativa ha sido desvalijada en los últimos tres años y no tiene salas sanitarias; además todo el cableado eléctrico fue robado, no hay aires acondicionados, a los talleres de tecnología mecánica solo le dejaron las paredes y el 60% de los pupitres ha desaparecido. Otro factor que no brinda las condiciones para el inicio de clases presenciales es el servicio de agua potable, pues en la zona es irregular y tampoco hay filtros en las instalaciones.
A los representantes les preocupa las condiciones bajo las cuales sus hijos recibirán clases y a esto se le suma la ausencia de profesores. Hay asignaturas que no cuentan con docentes.
En la “época dorada” del Vicente Lecuna y los otros dos planteles que hacen vida allí, albergaron 4.200 alumnos en tres turnos: diurno, vespertino y nocturno. En la actualidad, los últimos dos desaparecieron porque no hay electricidad dentro del plantel y las altas temperaturas propias de la región convierten la experiencia de estudio en algo insoportable. Hoy en día la matrícula escolar no llega a 400 alumnos.
Estado ausente
José Antúnez, se proclama “vicentino”, estudió en esta unidad educativa. Hoy tiene 55 años y ve con dolor las condiciones de la escuela.
“Esta escuela es grandísima y tiene espacios enormes para la formación. Antes aquí estudiaba mucha gente y se graduaba. En la actualidad da dolor verla sucia, desolada, callada. Años atrás retumbaba la algarabía de los muchachos. ¿Qué futuro vamos a tener como país, si nadie está estudiando?”, se preguntó.
Los representantes aseguran que hacen lo que pueden para que sus hijos asistan a clases. Han hechos rifas para comprar ventiladores, organizan jornadas de limpieza y reúnen alimentos para llevarles a los profesores porque saben que el salario que perciben no alcanza ni para los pasajes.
Lucía Quin es vecina y representante del Vicente Lecuna y afirmó que la desidia reina en el colegio, “nada está operativo”.
“Da lástima ver el colegio que años atrás era referencia y ejemplo por la buena educación. Los muchachos que hacían una carrera técnica salían listos a trabajar. Hoy ni los filtros de agua han dejado, el hampa acabó con todo y el gobierno no hace nada. Ni vigilantes hay. Solo nosotros los vecinos que por amor y solidaridad le damos vuelta a infraestructura” acotó.
Los representantes afirman que para los docentes las condiciones de trabajo durante este año escolar son peores, pues hay 42 salones y “casi ninguno tiene pizarrón”. Les preocupa el ambiente en el que estudiarán los jóvenes y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad por la pandemia de Covid-19.