Tuvo su oportunidad en tiempo de menos incertidumbre y angustia para el chavismo. Seleccionado por creyentes fervorosos de Fidel, devotos comunistas, fieles socialistas, por aquello de “peor es nada” o “eso es lo que hay”. Asalariado electoral para presumir pavoneos de representación opositora; en realidad, peón producto de infames componendas entre impúdicos cohabitadores para certificar elecciones. Cuatro contra uno, subterfugio de ceño fruncido del régimen para disimular espíritu democrático al permitir un rival, -que se hace pasar-, en medio de mayorías y manejable tecnología.
El tiempo es inclemente. Mitos mueren sustituidos por mentirosos, los períodos vencen, las tiranías cambian de cuentas y atuendo. Oposiciones negocian, pactan, se desgajan en trozos, pelean por botellas vacías, y hoy el grácil valedor de adjudicaciones bribonas en procesos de compra y venta, brazos a torcer en mesitas y extorsionar conciliábulos, no es un dirigente, sólo un hombre, la oportunidad que tuvo y dejó de tener.
Envuelto en el viscoso mundo de la política politiquera, subterránea, lombricera; melancólico de entrevistas pasadas, declara en favor de un engaño con intención de beneficio, en el cual sólo se perjudica a Venezuela. Fraude enrevesado de suspicacias, olvidando trajines y relegando propias complicidades; no hay menos presos políticos sino más, que cuando tenía interés público lo que hablase. La dictadura oprimía, apretaba tuercas e injusticias, que es lo único que sabe hacer para sentirse poderosa. Los venezolanos huyen en creciente degradación y esclavitud, optan por caminar, pernoctar en zanjas, separase de sus familias, ser explotados por el tráfico humano, tratantes de blancas y comercio de estupefacientes, para lograr una mejor calidad de vida, con alguna opción de prosperidad y libertad.
Defiende la despótica y abusiva ilegitimidad para alabarse legitimidades que no tiene, influye en un grupo nada creíble y poco confiable, que usurpa representación, para negociar levantamiento de sanciones y arreglos que permitan resistir con menos sombras. Brota del sigilo el mequetrefe para concebir garantías y argumentar justificaciones a lo inmoral; establecer, como tontos opositores útiles, posiciones que alivien penas oficiales y ruines destructores hagan creer, no han destruido tanto, y que la destrucción es pecado en revisión.
Defraudadores de los pueblos que confunden bodegones donde pocos pueden comprar con el regreso del bienestar para todos. Aliados de tráficos y asociaciones denigrantes que dan pánico de viaje; se asoma el escurridizo introducido subrepticiamente y expone su estulta colaboración de opinión cooperadora de una estafa que propicia el régimen a sectores “rivales” como purgante y para que no lloriqueen, les endulzan sus bembas salivantes, poniendo como pretexto la pendejada de los espacios que conllevan privilegios y expectativas falsas a cuenta de ingenuos que acuden a sus prédicas y puedan ser inclinados a presionar botones que correspondan en el timo electrónico.
Con talante de serio y sobrio, recordando época de cargo público, remunerado con excelencia y sueños de notoriedad tergiversada, el irresponsable se refocila y deleita en su cuestionable calidad opositora de mirada torcida, oportunidad miserable del oportunista, cuando sin rubor ni pudor pronuncia: el que existan dirigentes políticos en el exilio, presos o inhabilitados no es razón para abstenerse de votar en las elecciones regionales y municipales previstas para el 21 de noviembre. Mandando al carajo a enfermos y hambrientos, a las familias de torturados y asesinados; olvidado las denuncias ante la Corte Penal Internacional sobre delitos de Lesa Humanidad y violaciones a los Derechos Humanos; y guardando silencio encubridor, sobre invasiones del extremismo, la delincuencia y el narcotráfico.
Así piensan alimañas y conciben sabandijas, no en Venezuela, sólo en sus intereses y privilegios, importándoles un cipote la miseria ciudadana. Nunca tan nítida, diáfana la falta de sentido país y pequeñez para promover libertad y democracia. La ruptura del vínculo entre el ciudadano y la política desvergonzada, insolente, vulgar que impone descarada, queda demostrada.
La incivil, desdichada y atrevida declaración merece rechazo de la ciudadanía decorosa, digna, honorable, y quienes obligados por el chantaje, manipulados con premeditación y alevosía en participar el 21N; la confesión inescrupulosa del encubierto, es suficiente motivo para objetar y no acudir a la desvergüenza electoral impuesta.
@ArmandoMartini