Adolescentes en Perú reclaman atención para detener los embarazos por abusos

Adolescentes en Perú reclaman atención para detener los embarazos por abusos

Una joven se manifiesta a favor del aborto, en Lima (Perú). EFE/Paolo Aguilar

 

Las niñas y adolescentes peruanas víctimas de violencia sexual necesitan tener acceso a la protección de su salud para evitar los embarazos en menores de 14 años, una edad en la que este año unas 800 niñas se convirtieron en madres en el país.

Aunque Perú tiene normas para dar educación sexual integral en las escuelas y entregar la anticoncepción oral de emergencia en caso de violación sexual, en la práctica muchas adolescentes no acceden a la información oportuna y son pocas las víctimas de abuso que reciben la llamada píldora “del día siguiente”.





En lo que va del 2021, “alrededor de 791 niñas menores de 14 años fueron prácticamente obligadas a continuar un embarazo y es una realidad que nos afecta”, declaró a Efe la coordinadora del programa de derechos sexuales y ciudadanía en salud del Centro de la Mujer Flora Tristán, Eleana Rodríguez.

“Se convierte en un problema de salud pública que el propio Estado peruano tiene que tomar responsabilidad para garantizar el derecho a decidir, el derecho a vivir una sexualidad saludable, pero también con mucha prevención, ahí es responsabilidad del sector salud y del sector educación”, agregó.

NIÑAS FORZADAS A SER MADRES

De las 791 menores que tuvieron un parto a raíz de una violación sexual, cinco fueron niñas menores de 10 años, según las cifras del ministerio de Salud.

En el 2020, un total de 47.398 partos fueron de adolescentes entre los 15 y 19 años, mientras que de enero a septiembre de este año se han producido 32.226 partos en adolescentes de la misma edad.

El 67 % de los padres de esos nacimientos fueron adultos de entre 18 y 58 años, de acuerdo a las cifras oficiales.

Rodríguez lamentó que “nunca se ha logrado detener o bajar el embarazo adolescente, siempre ha ido en aumento y ha ido en aumento durante la pandemia”.

Mientras que el porcentaje de embarazo adolescente a nivel nacional rondaba el 13 %, en localidades amazónicas como Atalaya, Purús o Iquitos llegaba a 30 %, o incluso a 60 % en las zonas más alejadas del país, comentó la portavoz de Flora Tristán.

COVID-19 AGRAVÓ LOS CASOS

Con la llegada de la pandemia, los servicios de salud se volcaron a la atención del covid-19 y los referidos a la salud sexual y reproductiva se mantuvieron cerrados por varios meses en el 2020.

“Esto ha hecho que muchas más mujeres se vean expuestas a tener relaciones sexuales sin protección, o relaciones forzadas, porque en confinamiento aumentó también la violencia sexual en niñas y adolescentes”, afirmó Rodríguez.

Uno de los principales obstáculos para la atención de las menores víctimas de violencia sexual es la falta de información y de canales de comunicación, que se han reducido además desde que la escuela es virtual por la pandemia.

“Yo como adolescente en el colegio no conocía que podía ir a un centro de salud y pedir información sobre métodos anticonceptivos, o prevención del embarazo adolescente”, expresó a Efe Mía Calderón, representante del colectivo juvenil Vayamos, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho, el más poblado del país.

La joven indicó que los profesores ya no hablan con sus alumnas sobre temas que no tengan que ver con los cursos durante las clases virtuales, dado que en Perú sólo 200.000 de más de 8 millones de escolares están haciendo clases presenciales.

“Se les debe informar que ellas pueden acceder al kit de emergencia, pero al estar encerradas en sus casas (no lo obtienen), teniendo en cuenta que muchas veces los agresores pueden estar dentro de sus casas”, expresó Calderón.

RESPUESTA URGENTE

El kit de emergencia se debe entregar de forma gratuita en los centros de salud y contiene medicamentos para prevenir enfermedades de transmisión sexual, el VIH-sida, una prueba de descarte de embarazo y la anticoncepción oral de emergencia.

“Algo fundamental es la anticoncepción oral de emergencia que tiene que darse en una etapa muy temprana, máximo en las 72 horas de haber sido víctima de violencia sexual, en ese lapso se puede prevenir un embarazo forzado”, explicó Rodríguez.

No obstante, el acceso al kit de emergencia es muy reducido teniendo en consideración las cifras de embarazo adolescente en el país, pues hasta septiembre del 2020 se entregaron tan solo 747 a nivel nacional, más del doble de un año antes.

De esos kits entregados en casos de violencia sexual, 6,7 % fueron a niñas menores de 10 años, 30 % a menores entre los 10 y 15 años y 20 % a adolescentes entre los 15 y 18 años.

Rodríguez anotó que la sureña Arequipa es una de las regiones que ha entregado el mayor número de kits de emergencia (201), “lo que también nos hace ver que fue donde hubo mayor número de mujeres víctimas de violencia que acudieron”.

EFE