Con la recolección de dinero y remesas de familiares, los orientales cubren tratamientos para enfermedades menores. Para las patologías severas recurren a servicios públicos o campañas de donación.
Por: Corresponsalía La Patilla
Quienes habitan en el estado Anzoátegui dicen que los medicamentos de alta rotación como antigripales, analgésicos o antihistamínicos se consiguen a precios que tasados en divisas van desde un dólar en adelante.
“Un sobrecito de esos de la gripe, cuesta hasta cinco millones”, aseguró Angela Camacho, quien salía de una reconocida red de farmacias con récipe en mano.
Los tratamientos especializados se consiguen a partir de 5 dólares. Los medicamentos pediátricos serían los más costosos, pues las versiones infantiles de las medicinas rondan los 10 dólares. “Hay que resolver, vender lo que haya en la casa, un teléfono, algo, no podemos dejar que se muera un hijo”, confesó Ángel Rodríguez, que esperaba el diagnóstico médico de su hijo en las afueras del anexo pediátrico de Barcelona.
Es importante tomar en cuenta que el salario mínimo integral es de 1.85 dólares según la tasa del Banco Central de Venezuela. Santiago Morales, habitante de Barcelona, dijo que “gracias a Dios mis hijos están en el exterior y con lo que mandan, compro la medicina”.
Algunos como Andrés Vivas, vecino de Puerto La Cruz, comentó que hacen colectas en la familia. “Nos ayudamos, reunimos y compramos los remedios, es la única manera”.
Los encuestados aseguraron que la falta de insumos en la red de salud pública, incrementa los costos al momento de que el paciente requiera una intervención quirúrgica u hospitalización por varios días.
Curar una gripe
En una reconocida red de farmacias en el país, un tratamiento para curar la gripe puede superar los tres salarios mínimos integrales. Por ejemplo, la presentación forte de los sobres antigripales, que contiene acetaminofén + clorfeniramina, en presentación de 6 unidades, cuesta más de 16 millones de bolívares. Con la inminente reconversión de octubre costará 16.45 bolívares digitales.
Ese precio equivale a poco más de dos salarios mínimos actuales, por lo que “o te curas la gripe o comes, tienes que decidir”, según Ángel Rodríguez, quien tuvo que vender su teléfono cuando su hijo se enfermó.
La ayuda de fundaciones, las rifas y las cuentas en el exterior tipo Gofundme para reunir fondos son algunos de los métodos usados por los orientales para costear tratamientos. En los últimos meses, la popularidad de estos mecanismos de recolección de dinero está aumentando.
“Es la única manera de cubrir un tratamiento. Mi familia tuvo Covid-19 y dos de mis familiares necesitaron oxígeno. Gastamos entre 50 dólares y 100 dólares al día”, dijo Elena Guariguata, quien recurrió a rifas y fundaciones que no identificó para pagar los tratamientos.
Hospitales sin insumos
Los insumos que llegan a la red de salud pública no son suficientes para el alto flujo de pacientes que acuden a hospitales centinela en Anzoátegui. La denuncia fue hecha por Antonio Barreto Sira, gobernador de la entidad.
“Que desde el Ministerio de Salud se entienda que el hospital Luis Razetti de Barcelona no cuenta con la dotación suficiente de insumos, de material de bioseguridad y, por supuesto, de medicamentos para pacientes con Covid-19. Lo que está llegando al Razetti son pacientes de moderados a graves y se necesitan con urgencia medicamentos”, aseguró Barreto.
El mandatario local comentó que han logrado el apoyo del sector privado. “Desde acá le doy el agradecimiento a la empresa privada y que se sigan sumando voluntades para esta emergencia”. Pero esta colaboración es insuficiente cuando existen tantas carencias en el centro hospitalario.
Pacientes rebotados
El déficit de personal y la carencia de insumos serían, según los trabajadores de la salud, la causa de retrasos en la atención de pacientes. Los médicos aseguran que en ocasiones deben referir los pacientes a centros con servicios para casos específicos
Ante las denuncias de falta de atención a algunos pacientes, los médicos y enfermeras alegan que la complejidad de cuadros clínicos y la falta de recursos para casos específicos los obligan a referir los pacientes a otros centros hospitalarios
El enfermero Edgar Bastardo dijo que “nosotros hemos trabajado, hasta como dicen por ahí con las uñas. Nos dan poco material y tenemos que reutilizarlo, por ejemplo, el material de bioseguridad para poder atender al pueblo”. Precisó que la dotación de insumos como equipos de bioseguridad es insuficiente, alcanzando para dos o tres rotaciones de guardia.
Carolney Melo, jefe de emergencia en la Clínica Nazareth, comentó que “los de bioseguridad deben cambiarse cada seis horas. Entonces no tenemos equipos de bioseguridad con que trabajar, con que atender a los pacientes, estamos en una zona donde hay alta cantidad de pacientes covid, pacientes con problemas respiratorios, y nosotros debemos protegernos, porque muchos de nuestros médicos se han contagiado y han estado trabajando en malas condiciones de salud en el hospital”.
Los trabajadores de la salud aseguraron que cada vez son menos los servicios que se prestan en los hospitales, donde los pacientes que necesitan atenciones de emergencia son quienes más padecen la falta de dotación de insumos.