Un nuevo estudio, publicado en The Herpetological Bulletin, indica que las serpientes de la isla Fernandina ––una de las 13 islas del archipiélago de Galápagos––, tienen comportamientos caníbales. El estudio explica que en los reptiles, el canibalismo es una práctica extendida, sobre todo en algunas especies de serpientes.
Por Yalilé Loaiza | Infobae
Como grupo, las serpientes terrestres de Galápagos son poco estudiadas, principalmente debido a la aparente baja densidad de individuos y la lejanía e inaccesibilidad de grandes poblaciones. Como resultado, varios aspectos de su biología siguen siendo desconocidos, según explican los investigadores.
El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse con miembros de la propia especie. El consumo de presas de la misma especie, incluidos huevos o crías, está muy extendido entre los reptiles, con numerosos ejemplos de serpientes. Los científicos explican que hay dos amplias categorías de canibalismo: el canibalismo filial que se refiere al consumo de parientes genéticos cercanos y el heterocanibalismo que es el consumo de miembros de la misma especie que no están emparentados.
Como ejemplos de canibalismo filial, las boas arcoíris colombianas y las serpientes de cascabel mexicanas con cabeza de lanza consumen huevos no desarrollados y crías no viables como táctica de comportamiento para recuperar las pérdidas de energía. Los ejemplos de heterocanibalismo son numerosos, tanto para serpientes cautivas como salvajes. En esta categoría se registran 101 especies de serpientes desde 1894 hasta 1985, sin embargo, explican los investigadores que “dado que esta revisión está desactualizada y se han publicado numerosos estudios e informes nuevos desde entonces, es razonable suponer que el canibalismo ocurre en muchas más especies”.
El grupo de científicos observó tres intentos de heterocanibalismo en la culebra de floreana también conocida como Galápagos Racer Snake (Pseudalsophis occidentalis) en Cabo Douglas, Isla Fernandina, en el oeste de Galápagos. En dos casos, la serpiente caníbal logró someter a su presa, pero en ninguno de los eventos resultó en la ingestión total o la muerte de la presa, detallaron los científicos en el estudio. La presa fue sometida por su cabeza, pero logró liberarse. En otro de los casos registrados por los investigadores, la serpiente ingirió aproximadamente a la mitad de su presa, pero el caníbal regurgitó a la otra serpiente viva.
Además, los científicos, como parte de un estudio en curso a gran escala sobre la historia natural y la diversidad de los corredores de Galápagos, dirigido por la Dirección del Parque Nacional Galápagos, analizaron las muestras fecales de las serpientes del oeste de Galápagos para caracterizar mejor la diversidad de las presas consumidas e investigar si había restos de presas de serpientes. Los análisis fecales se han utilizado para estudiar la dieta o para complementar los estudios del contenido estomacal en varias especies de serpientes y para documentar el canibalismo en serpientes lisas y serpientes falsas lisas.
Para lo anterior, los investigadores capturaron a las serpientes de la isla Fernandina, en Cape Douglas, que es un área costera de 17 hectáreas y que está cubierta de matorral árido. La captura de las serpientes se realizó muy temprano en la mañana o justo antes del anochecer. Luego los científicos pesaron a cada serpiente y las midieron. También definieron cuál era el sexo de las muestras.
Después de los análisis, cada serpiente fue liberada en el sitio de captura luego de 35 a 60 minutos después de que se obtuvieron las muestras fecales y las mediciones. Cuando a las serpientes se las capturó después del anochecer, los científicos las mantuvieron durante la noche en bolsas de algodón individuales y las liberaron antes del amanecer del día siguiente.
Los científicos han concluido que el canibalismo entre serpientes se ha explicado como una respuesta aleatoria o como respuesta a una condición de estrés que evita la muerte del animal por inanición.