Mario Massone: Defensa de Fernando Alban por el Cardenal Urosa Savino

Mario Massone: Defensa de Fernando Alban por el Cardenal Urosa Savino

 

Fui testigo de excepción del inmenso esfuerzo del Cardenal Urosa Savino por la integridad de la vida de su amigo Fernando Albán. También, de la conducta cobarde, encubridora y cómplice de Tarek W. Saab, quien sabía de las torturas a Fernando, lo que lo hizo cómplice, y luego, al mentir a la opinión pública aduciendo que se suicidó, actuó como encubridor.





A tres años del asesinato de Estado de mi amigo Fernando Alban, revelo hechos desconocidos para la opinión pública sobre la intercesión del Cardenal Urosa para evitar lo que sucedió. El 6-8-2018, apenas supe del arresto de Fernando en Maiquetía fui a asistirlo. Camino a la Guaira, recibo una llamada y me informan que a Fernando ya lo estaban trasladando, por lo que llamé de inmediato al Cardenal Urosa para ponerlo en autos y me pidió que fuera a verlo a su residencia en La Florida.

Ya en su casa, lo primero que hicimos fue grabar un video en el que el Cardenal Urosa exigía el respeto a los derechos e integridad física de Fernando. Envié el video a Primero Justicia y a los medios. Después, el Cardenal Urosa llamó a dos abogados de prestigio pidiendo apoyo para Fernando. Luego, fui testigo de las llamadas que el Cardenal Urosa hizo para obtener tanto el número del despacho como el celular del “Fiscal” Tarek W, Saab para pedirle explicaciones. Saab se negó a atenderle. El Cardenal Urosa me dijo: “Memo, esto no pinta bien”.

El 7-8-2018 fui con la diputada Dinorah Figuera al Palacio de Justicia en Cruz Verde porque teníamos información de que a Fernando lo iban a trasladar. Ante la incertidumbre de si lo iban a trasladar o no, llamé de nuevo al cardenal Urosa y volví a ir a su casa. De nuevo fui testigo de sus llamadas al “Fiscal” Saab, quien se volvió a negar a atenderlo porque tenía conocimiento que Fernando estaba siendo “interrogado” por medio de torturas. Nunca había visto al Cardenal Urosa tan mortificado. Me invitó a rezar con él por Fernando y luego nos despedimos.

El 8-8-2018 iba camino al Palacio de Justicia para la presentación de Fernando ante el tribunal, cuando me llama un amigo a preguntarme si supe de la muerte de Fernando. Al recuperar la cordura me dirigí a la sede del SEBIN desde donde lanzaron el cuerpo inerte de Fernando para encubrir su asesinato. El “fiscal” Saab fue cómplice necesario de dicho encubrimiento, así como de su ilegal arresto, tortura y muerte.

Ante mi sentimiento de impotencia, me fui a casa del Cardenal Urosa buscando consuelo. No podía contener mi llanto. Yo estaba destruido. Él me abrazo y me consoló. Ambos teníamos los ojos llorosos. El Cardenal Urosa comenzó a conversar de su amistad con Fernando. Recordamos que fue Fernando quien nos presentó años atrás. Ya más calmado, grabé otro video donde el Cardenal condena la muerte de Fernando y exige una investigación seria.

El 9-9-2018, El cardenal Urosa Savino ofició la misa de su amigo Fernando Alban. A mi me tocó leer un salmo al lado del Cardenal con Fernando en frente, ya protegido de tanta maldad sufrida. Hacíamos un triangulo. Fue la última vez que estuvimos juntos los tres.

Al terminar la misa, los periodistas me pidieron que declarara. Así lo hice. Dije la verdad: a Fernando lo asesinaron. Horas después, Saab nos amenazó conque si volvíamos a declarar que a Fernando lo asesinaron, iríamos presos.

Esa noche insistí en decir la verdad en una entrevista con Carla Angola. Al día siguiente tuve información de que la DIGECIM y el SEBIN iban por la diputada Dinorah Figuerah y mi persona. De inmediato me reuní con un amigo embajador de un país aliado y esa noche logramos dormir a buen resguardo. Días después hice la más triste travesía hasta cruzar un río, sin maleta, con mi morral, al exilio.

El Cardenal Urosa, Fernando y yo tuvimos encuentros memorables. Mi amistad con Fernando trasciende su muerte. Hoy lo sigo llorando y buscando consuelo como mejor puedo.

Dios te tenga en Su Gloria, en donde yo sé que estás, mi querido Fernando. Mi querido Cardenal, no es más que un hasta luego. Volveremos a encontrarnos los tres.

@massone59