¿A quién no le gustaría tener un túnel secreto que conduzca directo a su bar preferido? Más aún si uno es una figura pública, de esas que no pueden andar por la calles sin arrastrar a su paso un séquito de paparazzis. Y ni hablar si uno es un fan de las bebidas espirituosas, como lo es la reina de Inglaterra Isabel II: conocida bebedora de Dubonnet, un aperitivo dulce a base de vino, al que gusta mixear con gin.
Por La Nación
Cuando la reina quiere beber su cocktail “de autor” puede hacer uso del “túnel del alcohol” (o, como lo apodó la prensa británica, ‘booze tunnel’): un pasaje subterráneo de no más de 200 metros que corre por debajo de las calles de Londres y que conecta uno de los palacios de la familia real con uno de los más lujosos bares del distrito londinense de Mayfar. El hasta ahora secreto túnel subterráneo sería de uso exclusivo de la reina.
Como suele suceder en estos casos, la existencia del túnel salió a la luz por infidencia de un miembro -uno de los más recientes- de la familia real. Fue el esposo de la princesa Eugenie, Jack Brooksbank, un empresario británico ligado al mundo de las bebidas y evidentemente con poca noción de los protocolos en torno a la familia real, quien en una charla casual con un periodista comentó la existencia del ‘túnel del alcohol’ de la reina.
“Hay uno [un túnel] que conduce al Dukes Bar desde el St James’s Palace”, le comentó Jack Brooksbank nada menos que al editor de temas de la realeza del periódico Daily Mail, Richard Eden. “No lo he usado todavía. Pero me encantaría comprobarlo “, agregó durante una charla casual.
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