Todos los días a las 7:30 de la mañana, Yoel Gutiérrez, un joven de 21 años de edad, se sube al primer autobús que pasa por la avenida Bolívar Norte de Valencia, con fe de que a las 6:00 de la tarde, al final de la jornada, haya vendido todas las golosinas de chocolate a los usuarios del transporte público. Esa fue la opción que encontró Yoel para generar ingresos, debido a que la búsqueda de empleo formal no tuvo resultados positivos.
Por Corresponsalía La Patilla
Luego de recorrer durante un par de meses las calles de los municipios Naguanagua, San Diego y Valencia, y tocar la puerta en comercios y empresas, con la esperanza de conseguir un puesto de trabajo que le diera estabilidad económica, su objetivo no lo alcanzó.
“Me encuentro trabajando de esta forma para ayudar a mi hijo que viene en camino, a mi familia y porque no consigo un trabajo estable. Caminé por todas partes y no conseguí. Me decían que no, por cómo estaba el país”, expresó el joven.
En el mejor de los escenarios, Yoel en un día puede vender dos cajas de golosinas de chocolate, lo que se traduce en una ganancia de 10 dólares, pero esto no siempre ocurre.
Según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), aplicada en 22 estados del país y presentada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), entre 2014 y 2021, el empleo formal a escala nacional se redujo en 4,4 millones de puestos de trabajo. Los datos indican que 70% de los empleos que desaparecieron eran del sector público, mientras que 30% corresponde al sector privado.
El estudio arrojó que este año, comparado con el periodo 2019-2020, la disminución de empleo formal fue de 1,3 millones de puestos de trabajo.
El rebusque laboral
David Vásquez pertenece a ese 30% de personas que trabajaban en una empresa privada y se quedaron sin empleo. La compañía en la que laboraba en Valencia redujo al personal y quedó fuera de la nómina, por lo que desde hace tres años se dedica al oficio de parquero.
De lunes a sábado, Vásquez vigila los carros que se estacionan en una acera de la avenida Bolívar de Valencia. En semanas flexibles puede ganarse hasta 15 dólares, mientras que en las radicales el monto disminuye.
“Anteriormente estaba trabajando en una empresa y en lo que redujeron el personal, me tocó trabajar como parquero en la avenida Bolívar. Lo que gano no me alcanza mucho para cubrir todos los gastos de mis padres, pero es algo que entra para poder comprar el diario”, dijo.
De acuerdo con estadísticas de Fetracarabobo, en lo que va de año se han perdido alrededor de 4 mil puestos de empleo en la entidad. El secretario general de Fetracarabobo, Jhonny Magdaleno, explicó que debido a los bajos salarios y la falta de beneficios laborales, los trabajadores del sector público optan por migrar al comercio informal. El salario integral en el país es de 10 bolívares digitales.
Magdaleno puntualizó que aunque el sector privado ofrece bonificaciones en dólares, se pierden puestos de empleos debido al cierre de empresas y la reducción de la actividad industrial. Según las cifras que maneja, el cierre de empresas en los últimos cinco años ha provocado la pérdida de, al menos, 20.000 empleos en la entidad.
Detalló que de aproximadamente 5.000 industrias que contabilizaban, solo sobreviven 2.000, de las cuales operan 600 a 20% de su capacidad instalada. “La Zona Industrial de Valencia, que era la zona industrial de Venezuela, hoy es un cementerio de empresas, todo es monte y culebra. En los últimos 20 años hemos venido perdiendo puestos de empleo. No existen automotrices, caucheras, ni fábricas de ninguna índole, ni pequeña, ni mediana, ni grandes. Las que quedan son muy pocas y eso conllevó a la debacle del sector productivo en Valencia”, afirmó Magdaleno.
El estudio de la UCAB también señala que de la Población Económicamente Activa, solo 50% está en el mercado laboral, el otro 50% se encuentra inactivo. La Encovi reveló que el nivel de desempleo abierto declarado es de 3,2% en el país. Sin embargo, en los análisis sociológicos de la encuesta, esa cifra encubre otras formas de desempleo.
Entre estas destaca que 11% está en la categoría de subempleo visible, que son personas que trabajan menos de 15 horas a la semana. También registran 16,6% de desempleo desalentado, caracterizado por personas que se cansaron de buscar trabajo en el mercado laboral, sumado a 7,6% de mujeres que tienen hijos y desean trabajar, pero tienen que cuidarlos.
Desempleo aumenta pobreza
La dificultad para conseguir un empleo formal, ya sea en el sector público o privado, incide en el aumento de la pobreza que, según la Encovi, se mantiene en 94,5%.
María Alejandra Jiménez vive en el barrio Los Girasoles, al sur de Valencia, tiene tres hijas pequeñas y está desempleada. Comentó que el empleo formal más reciente que tuvo fue como barredora de calles en la Alcaldía de Valencia, pero lo dejó porque los beneficios eran casi nulos.
Actualmente se dedica a vender café en la avenida Bolívar, pero lo que gana no es suficiente, por lo que también pide dinero o comida en las calles para alimentar a sus hijas. Jiménez pertenece a ese 76,6% de venezolanos que vive en pobreza extrema y no tiene capacidad para comprar alimentos, de acuerdo a la estadística de Encovi.
“Quiero trabajar. Yo vendo mi café, pero no salí hoy porque no tengo para el pasaje. Ahorita voy a vender la licuadora para yo poder pagar la bolsa Clap que la están cobrando en tres dólares. Mis niñas que van para la escuela no tienen nada, zapatos, uniformes, no tienen nada”, dijo.
En 2019, el presidente de Fedecámaras Carabobo para la fecha, Jonatan Aldana, reveló que el desempleo en el estado se ubicaba en 50%. “Aquí el desempleo es campante porque todos estos cierres de empresas han producido una enorme cantidad de personas desocupadas o subocupadas, y por la diáspora se han tenido que ir también muchos trabajadores”, afirmó en una entrevista a Unión Radio.
Paralizada la construcción
El presidente de la Cámara de la Construcción en Carabobo, Mario González Ponce, precisó que el sector es uno de los más afectados. Con una paralización de 97%, muchas empresas han tenido que cerrar sus puertas, lo que se traduce en mayor desempleo.
González Ponce señaló que de aproximadamente 12.000 empresas del área de la construcción, actualmente solo funcionan un poco más de 1.000, situación que ha derivado en la pérdida de miles de empleos.
Precisó que hace cinco años el gremio tenía una nómina de, al menos, 1.300.000 trabajadores, pero ahora el número descendió a 20.000. Detalló que en julio de este año, la operatividad del sector en la región alcanzaba apenas 2,6%, cifra que se repite en Táchira, mientras que en Monagas es de 1,3%.
Indicó que ese 2,6% que se mantiene activo está dedicado a la construcción privada y comercial como remodelaciones en locales y tiendas. Las obras de gran envergadura son una escena del pasado.
Dramática situación
Para la diputada por el estado Carabobo de la Asamblea Nacional legítima, Deyalitza Aray, la Emergencia Humanitaria Compleja por la que atraviesa el país, también causa estragos en el mercado laboral, incide en el desempleo y en el bajo poder adquisitivo de los venezolanos.
A su juicio, los llamados emprendimientos y economía informal se agudizaron luego de que más de 3.000 empresas en el estado Carabobo han dejado de operar. “Hay un porcentaje de 2.000 que se mantienen, pero de las cuales solamente 600 están en operatividad”, reiteró.
Puntualizó que la caída de la actividad portuaria en el terminal marítimo de Puerto Cabello, que se ubica en alrededor de 3.000% según datos de la Cámara de Comercio de la localidad, incide en la pérdida de puestos de trabajo. “Se ha bajado la operatividad, la llegada de los barcos y todo eso impacta sin lugar a dudas en el empleo que antes tenían, en el caso de Puerto Cabello, los ciudadanos en el marco de las actividades aduanales y portuarias”, sostuvo Aray.
La parlamentaria calificó de “dramática y grave” la situación laboral en Venezuela, donde aseguró que se han perdido muchos empleos en casi todos los sectores de la economía.