“¡Miel, miel, hay miel del amor!”, gritan algunos vendedores ambulantes en el corazón de Sao Paulo. Ofrecen un supuesto estimulante sexual que gana adeptos entre la juventud y ha puesto en alerta a las autoridades brasileñas hasta el punto de prohibirlo por ser un riesgo para la salud.
La calle 25 de marzo es la meca del comercio popular en Sao Paulo, la ciudad más populosa de Latinoamérica. Hay de todo, también artículos ilegales: camisetas de fútbol falsas, dispositivos para piratear la televisión de pago y desde hace unos meses se abre paso “o melzinho do amor” (la mielecita del amor, en español).
”Esto de aquí se ha convertido en un vicio”, afirmó Kaue Roosevelt, de 21 años y quien tiene un puesto ambulante hecho con una caja de cartón y una tabla, con diversas marcas del producto. Le acompaña en el negocio un muchacho de 15 años.
Sobre la mesa, una fila de sobres pequeños, parecidos a los de azúcar que sirven en las cafeterías, y varias cajas negras desgastadas por los lados en las que se pueden leer en letras doradas: “Power Honey” o “Vital Honey”.
”Un sobre son entre 25 y 30 reales (4,5 y 5,5 dólares). La caja trae 12 sobres y cuesta 150 reales (casi 30 dólares)”, explica el joven. Hay género específico para hombres, para mujeres y también unisex. En internet también proliferan los enlaces de puntos de compra, y algunos entregan a domicilio.
Todas las marcas tienen algo en común: se anuncian como productos 100% naturales y casi milagrosos. “Nuestra fórmula especial te proporciona la vitalidad y el rendimiento que necesitas para días y noches llenos de energía”, reza la descripción de “Power Honey”.
Su mejunje contiene al parecer “ginseng, extracto de caviar, maca, jengibre, miel de Malasia, canela y tongkat ali”, una hierba que supuestamente aumenta el apetito sexual. Otras marcas incluyen “café” en su lista de ingredientes.
A primera vista, por el color y la textura, parece miel, pero un examen realizado por el Laboratorio de Toxicología Analítica de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) reveló un par de sustancias no rotuladas.
En cuatro de seis muestras analizadas encontraron la presencia de dos fármacos de origen sintético utilizados para el tratamiento de la disfunción eréctil: Sildenafil -principio activo de la viagra- y Tadalafilo.
Su uso sin la debida prescripción médica es “peligroso” y puede causar efectos colaterales graves, especialmente en pacientes con problemas cardiacos, señaló el profesor José Luiz Costa, coordinador del Centro de Información y Asistencia Toxicológica de Unicamp.
Sin control médico, esos dos principios activos pueden inducir, según Costa, alteraciones en la presión arterial, fuertes dolores de cabeza y hasta priapismo, que consiste en una “erección prolongada y muy dolorida” con riesgo de necrosis del pene. Si además se mezclan con alcohol, la situación sólo puede empeorar.
Prohibido por la agencia sanitaria brasileña
La popularidad de la “miel del amor” ha crecido entre la juventud, sobre todo en el universo funk, después de que algunos de los cantantes más conocidos de ese género musical incluyeran referencias al mismo en sus letras.
”Sentí una excitación bien fuerte. Me sorprendió”, dijo Igor da Silva, quien trabaja en una granja “matando gallinas” y ha probado “unas cinco veces” el producto a sus 23 años de edad.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil tomó cartas en el asunto y en mayo pasado prohibió su comercialización, distribución, importación, publicidad y uso al no estar registrado como medicamento.
”Desconocemos el fabricante y las condiciones de su elaboración”, con lo que existe el riesgo de que pueda estar hasta “contaminado con bacterias”, apuntó la gerente de Fiscalización e Inspección de Anvisa, Ana Carolina Marino.
La institución determinó además la aprehensión de todos los lotes en el país. Desde entonces, ha habido operaciones policiales esporádicas en algunas ciudades, entre ellas Sao Paulo.
Aunque en la calle 25 de marzo la vida sigue igual, con los vendedores ambulantes ofreciendo una supuesta inmortalidad sexual en formato de miel, ante la pasiva mirada de los policías que patrullan la zona.
Con información de EFE | Infobae