El tribunal de la Audiencia Nacional que se encarga del proceso de extradición del venezolano Hugo Carvajal dejó ayer claro y por escrito que no ve razón para posponer ni suspender su entrega a Estados Unidos. Tampoco que ahora esté colaborando con la Justicia española y el juez de instrucción Manuel García Castellón le haya citado el próximo 27 de octubre en una causa antigua reabierta ex profeso por sus conocimientos sobre una presunta financiación irregular de Podemos. La Sección Tercera, con el magistrado Alfonso Guevara a la cabeza, entiende que si Carvajal se ha pasado dos años en España, buena parte de ellos en fuga, sin querer prestar declaración alguna, lo de ahora sólo puede entenderse como una «estrategia dilatoria» de la extradición. Y por ahí no pasa.
Por Isabel Vega / abc.es
La decisión no ha sentado bien en el Juzgado Central de Instrucción 6. El juez había pedido ayer al tribunal, como a la Policía, que tuviese en cuenta la citación y así, la posibilidad de postergar la entrega. De acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas por este diario, la causa se ha reabierto porque hay indicios de irregularidades graves que podría atestiguar Carvajal y, por más que el tribunal diga que puede declarar igualmente desde EE.UU., es un hecho que él habla porque está en España y en pos de su permanencia, de modo que con la entrega se trunca la colaboración. Que es una estrategia interesada lo reconocen tanto en el Juzgado de Instrucción como en el tribunal. Pero una parte lo afronta como una posibilidad de obtener información de interés y la otra, como bailar el agua a una persona que está, al fin y al cabo, reclamada por asociación ilícita y narcotráfico. Y de momento, esta es la lectura que va ganando y Carvajal está cada vez más cerca de un avión a Florida.
En su defensa insisten en que aún hay partido porque han vuelto a recurrir la denegación de su solicitud de asilo dentro del Ministerio del Interior. Contra lo que dice el tribunal, entienden que la vía administrativa ni es firme ni está agotada. Y así se lo harán saber a Guevara en el momento en que la Subdirección General de Protección Internacional, a la que se han dirigido por vía extraordinaria, ponga sello de entrada a su recurso. Si tienen razón, la situación podría cambiar 180 grados. Pero está por ver que cumpla los requisitos para ser admitido.
Las fuentes jurídicas consultadas por ABC ponen en solfa esa apuesta. La mejor baza de Carvajal era y es acudir al Contencioso, cosa que aún podrían hacer, y pedir que se paralizase la entrega de urgencia durante la tramitación del recurso. No significa que fuese a ocurrir y no es un automatismo, la Sala debe pronunciarse específicamente, pero es una bala que tienen en la recámara. Sería, en todo caso, un nuevo choque entre jueces de la misma Audiencia Nacional.
Tensiones y presiones políticas
Ya desde el inicio hubo tensiones con el Pollo Carvajal. Llegó en marzo de 2019 a España y en abril fue detenido por la reclamación de EE.UU. e ingresado en prisión provisional. Guevara fue el ponente de la primera sentencia de la Audiencia Nacional sobre su caso, aquella que rechazaba entregarle a EE.UU. porque consideraba que la acusación era vaga e imprecisa y subyacían motivaciones políticas.
Es también el mismo juez que luego presentó un voto particular cuando el Pleno de la Sala de lo Penal tiró por tierra la decisión del tribunal que preside. Insistía en que esa entrega, en esos términos, no se ajustaba a derecho. Aquel Pleno fue bronco y hubo alguna voz más alta que otra. Además del voto particular que firmaban Guevara y los magistrados de su tribunal Clara Bayarri y Ángeles Barreiro, hubo otro de José Ricardo de Prada que sentó como una bomba en la Audiencia Nacional. Decía que «el Consejero Jurídico de la Embajada de Estados Unidos» había «accedido al menos a un magistrado del Pleno, abogando por una determinada solución del caso». Insinuaba así presiones para acordar la entrega.
Y de presiones políticas se viene hablando desde entonces en los pasillos de la Audiencia Nacional. No ya tanto por un posible interés en acallar lo que Carvajal tenga que decir sobre Podemos, sino por un país como EE.UU., que le tiene en el punto de mira desde hace una década, que ya vio cómo se le escapaba entre los dedos en Aruba en 2014 y que no contaba ni con una primera sentencia española que cuestionase sus tribunales ni con una fuga de un año y diez meses. Una agencia suya, la DEA, proporcionó de hecho los datos definitivos para encontrarle.
La entrega es «inminente»
Después de aquello, fue el mismo Guevara el que ordenó parar la extradición porque Carvajal iba a recurrir la denegación de asilo. Y es el mismo que ayer comunicó a Justicia, Exteriores y a la comisaria Jefe de la Oficina de Cooperación Policial Internacional que, desestimado el recurso, tenían vía libre para entregarle. Y a su colega García Castellón, en un tono duro, le ha dejado fuera de la ecuación pese al caso abierto.
Así, la orden a Interpol ya está dada y según fuentes policiales consultadas por ABC, pocos flecos quedan ya para que se remita notificación a Washington. Una vez allí, tardará lo que tarde EE.UU. en mandar agentes a por él. Llevan esperando dos años y España ya puso una vez a prueba su paciencia. Por eso, todas las fuentes consultadas apuntan a que la entrega es «inminente», salvo que el tribunal de Guevara, contra todo pronóstico -la Fiscalía Antidroga, que es la competente, también se opone a paralizar la entrega-, o finalmente el Contencioso, paren máquinas. El Supremo, mientras tanto, decide el próximo día 26 sobre el recurso que la defensa del Pollo -sí, lo han recurrido todo en todas partes-, presentó contra la decisión del Consejo de Ministros que en marzo de 2020, estando él fugado, dio luz verde a la extradición. Pero hasta dos veces se ha opuesto a paralizar la entrega mientras resuelve. Y se deliberará el martes esté o no Carvajal aún en España.