“O compro los útiles o compro comida”. Este es el dilema que tiene una madre de Guasdualito, Apure, ante el retorno a los salones de clases de todos los estudiantes en el país.
Luego de más de año y medio de suspendida la presencialidad, este regreso implica una inversión económica para las familias pero que en este momento resulta casi imposible para Laudis Barros, madre de tres niños en edad escolar que requieren de uniformes, lápices, cuadernos y hojas blancas.
Esta madre se debate entre comer o comprar la dotación escolar a sus hijos. “Sobre la compra de útiles la cosa está fuerte. Tengo tres niños estudiando en prescolar, primaria y liceo”.
Aunque admitió que en las escuelas no exigen útiles nuevos sino de reciclaje o usados, Barros señaló que a pesar de esta aparente ventaja “el problema es que tengo tres hijos. Al prescolar, por ejemplo, tengo que llevarle sus hojas, sus creyones, sus témperas y sus otras bromas”.
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