Lujos y derroche: Así eran las mansiones y otras excentricidades de Alex Saab

Lujos y derroche: Así eran las mansiones y otras excentricidades de Alex Saab

Camilla Fabri es investigada por un apartamento de 5 millones de euros en Roma. También compartía con Saab una mansión en Barranquilla de 28.000 millones de pesos y más de 3.700 metros cuadrados. Tiene piscina y cancha de tenis. – Foto: istock

 

En los años setenta, cuando los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein destaparon el Watergate, que al final le costó la presidencia a Richard Nixon, hicieron famosa una frase. Los dos decían que la clave de una investigación era seguir el dinero (follow the money). Por lo general, esos entramados se consolidan en complejas transacciones en paraísos fiscales a las que es difícil seguirles el rastro.

Por semana.com





Muchas de tales operaciones las tiene hoy la trama que estremece a Colombia y Venezuela: la detención de Álex Saab en Estados Unidos y la posibilidad de que cante, lo que atemoriza a Nicolás Maduro.  Pero en el caso del barranquillero hay algo que lo delató mucho más que el dinero: sus mansiones. Cualquiera que pasara hace unos años por la localidad de Riomar, en la Arenosa, sabía que algo no cuadraba. A pesar de ser un barrio lujoso, lo que sucedía sobrepasaba toda proporción. De repente, apareció una estrambótica mansión de 3.740 metros cuadrados que parecía albergar lujos de un sultán.

Una investigación de la plataforma periodística Connectas reveló que la mansión fue construida sobre cuatro predios comprados por Promotora Dubera SAS, empresa acusada por la Fiscalía de presuntamente lavar activos para legalizar recursos ilícitos. “Es la joya de Saab en Colombia. Ni siquiera las lujosas propiedades que ha tenido –directa o indirectamente– en Italia superan el valor de su mansión en Barranquilla”, señala Connectas.

Hace dos años, la Fiscalía colombiana le puso el ojo. La propiedad, avaluada en 28.000 millones de pesos, era el símbolo del éxito empresarial de Saab, algo inexplicable frente al manejo de una compañía de toallas, que era la primera actividad del barranquillero. 

La Fiscalía aseguró al pedir medidas cautelares sobre esta casa, en junio del año pasado, que “los inmuebles ocupados habrían sido adquiridos por una empresa fachada, con recursos provenientes de las actividades ilícitas de Álex Saab”.

Los miembros del CTI tomaron fotografías y videos que dejaban ver que era tan espectacular por dentro como parecía por fuera. La propiedad cuenta con cinco habitaciones, varias salas para compartir y un cine. El vestier es tan grande como la sala de una casa y tiene espacio para cientos de zapatos y carteras.

También hay un spa que envidiaría cualquier hotel de lujo. Se ve un espectacular jacuzzi, una sala de masajes para varias personas y sillas relajantes. El exterior de la casa es también impresionante. Cuenta con una enorme piscina, rodeada de bellos jardines. Y en el parque se levantaron juegos, como un saltarín en el que cabría toda una fiesta, y una casa de muñecas, igual que una real.

En esa casa de ensueño vivió Saab los últimos años que estuvo en Colombia con su esposa, Camilla Fabri. La llegada de la modelo italiana a la Arenosa, cuenta Gerardo Reyes en su libro Álex Saab: la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, revolucionó al personal del empresario, que intentó a toda costa tener el lugar listo y esplendoroso.

Saab quería tanto complacerla que, cuando el Country Club de Barranquilla les retiró el acceso, él levantó en el jardín una cancha de tenis profesional para que ella pudiera seguir jugando. Aunque no era el único bien de Saab, sí era el más preciado. Junto con la casa, la Fiscalía anunció en esa oportunidad que, además, habían pedido medidas cautelares de embargo y secuestro de otras siete propiedades. Entre estas, un apartamento de 379 metros cuadrados, dos casas y tres garajes, también en la ciudad de Barranquilla.

Si Saab quedó en evidencia por esa mansión en la Arenosa, Camilla Fabri terminó emproblemada por un apartamento en la muy tradicional Via Condotti, en Roma. Saab solía poner sus negocios y sus propiedades a nombre de su familia, lo cual hoy representa un duro revés en su defensa, pues todos tienen problemas judiciales.

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