Todo el mundo sabe hasta dónde ha llegado el régimen con la universidad, por lo que comparto el disgusto de aquellos frente a los que ahora se rasgan las vestiduras, como si la agresión fuese una novedad respecto a nuestras casas de estudios. Incluso, hay gremios que aseguran que no se rinde, pero ni una palabra dijeron cuando Delcy Rodríguez ordena violentar las cerraduras del Aula Magna y allana la universidad con su personal en horario nocturno. Allana,no se va de paseo, allana la UCV, como Nicolás Maduro Moros, el iletrado, se ha cansado de hacerlo cobardemente en las noches.
El ministerito ese de Educación Superior que se maneja desde la vicepresidencia de la República, ha intervenido todas las universidades, le ha nombrado a las autoridades como le viene en gana. El vicerrector que puso en la ULA acusa a la asociación de profesores de ser del partido de Vente Venezuela, pero Clotilde no repara en que él mismo es el PSUV, como todo el CNU. En la Universidad Simón Bolívar sólo debían nombrar al rector encargado, muerto el titular, recientemente: lo nombró, pero también se llevó por el medio a dos vicerrectores arbitrariamente. Así ha hecho Maduro Moros y un señor de nombre César Trompiz, a quien sustituye Tibisay Lucena, en todos lados.
No se le ocurre otra cosa a Nicolás que nombrar a Jacqueline Farías como “protectora” de la UCV. No es tan ridículo nombrar a quien ha saqueado a Caracas, porque si de algo están pendientes es de remodelar masivamente a todas las universidades del país. Para eso si hay real. Puro maquillaje. Sin embargo, no se atreve Nicolás nombrarla rectora por toda la calle del medio, porque sabe lo que significa la UCV para el país. ¡Cuán cobarde es! No se atreve, porque prefiere allanarla en las noches, chantajearla con las maquinarias y las impermeabilizaciones, más nada. Nadie desea que lo haga. Pero él mismo sabe que si lo hace, se le voltea mucha gente, de su propia gente, que saben todo el negocio que hay detrás de los allanamientos y de las intervenciones.