La Policía Nacional le da mayor credibilidad, dentro de las distintas hipótesis existentes, a la versión de la madre del niño desaparecido de Morón de la Fronteta (Sevilla) sobre lo que hizo con el adolescente: que lo tiró a un contenedor de basura y la silla de ruedas en la que se movía a otro, en las afueras de Madrid, en la zona suroeste.
Por abc.es
Por ello, desde hace unas dos semanas, agentes de la Policía Científica buscan al menor, Antonio David Barroso, de 15 años, en el vertedero de Valdemingómez, en Villa de Vallecas. La opción de encontrarlo vivo, después de mes y medio, es prácticamente inexistente, más si cabe teniendo en cuenta que el chiquillo tiene una discapacidad del 91%: no come, no bebe, no habla ni oye, ni tampoco se puede alimentar por sí mismo. Solo la ayuda de una tercera persona podría hacerle seguir adelante, y no parece que esa sea la situación.
Ya desde un primer momento, los agentes pidieron a los empleados de la planta de Valdemingómez que extremaran su celo al analizar los restos que pasaban por allí; luego, se decidió enviar a agentes al vertedero, para rastrear cualquier tipo de indicio.
Posible estrategia en su puesta en libertad
Como adelantó ABC, hace dos viernes, la mujer fue dada de alta del psiquiátrico del hospital sevillano de Valme, después de que la juez que instruye el caso la dejara en libertad condicional (sigue imputada y con obligación de personarse en el juzgado periódicamente) pero puso en manos de los facultativos la opción de que saliera del centro sanitario. La decisión de los especialistas fue positiva, tras haber mejorado del brote que sufrió, que le ha durado aproximadamente un mes.
Macarena Díaz, de 38 años y madre de otras dos hijas (una mayor de edad y otra de 5 años, de dos parejas distintas) se encuentra desde entonces en su pueblo, en casa de su madre, y se la ha visto en una comida familiar, en el centro comprando un móvil y ropa y ha vuelto a hacer publicaciones con fotos del niño en su Facebook.
En medios policiales cayó como un jarro de agua fría la decisión judicial. Sin embargo, otras fuentes confían en que sea una estrategia para que la madre, al sentirse ubicada en su entorno familiar y con vecinos y amigos, haga un relato verdaderamente coherente de lo que pasó aquel domingo 12 de septiembre, cuando cogió a Antonio David y ambos emprendieron un viaje a ninguna parte. Este periódico ya reveló que uno de los dos párrocos de las iglesias que frecuentaba (su fervor religioso había crecido de manera extraordinaria en los últimos meses, de manera casi enfermiza) fue llevado al psiquiátrico por los agentes de la Ufam Central de la Policía Nacional para intentar que Díaz le confesara lo que hizo sin éxito; seguía en bucle.
Distintas versiones
La mujer fue encontrada en una estación de servicio de Carabias (Segovia), a 130 kilómetros al norte de Madrid, desnortada y ya sin el menor, al que dijo que había matado y tirado a un contenedor en la zona del centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos, en una de las salidas de la A-5 (autovía de Extremadura) de la capital de España.
Lo último que ha trascendido son dos versiones: una en la que Macarena dijo que había matado a Antonio David inyectándole una jeringuilla con agua y otra en la que afirma que se le murió en sus brazos el 10 de septiembre, dos días antes de abandonar Morón con él, por lo que lo habría hecho con el chaval ya fallecido.
Este segundo supuesto (en otra declaración habló de que había muerto en la casa el 8 de septiembre, por unas fuertes fiebres y que «echaba espuma por la boca») es bastante improbable: un vecino fontanero acudió a la vivienda a las nueve y media de la noche del día anterior a la marcha y sostiene que el menor estaba vivo. Es más, acababan de llegar de misa.
Captados por las cámaras
Lo cierto es que las cámaras recogieron cómo a la una de la madrugada del lunes 13 de septiembre el coche abandonaba Tavalera de la Reina (Toledo), donde permanecieron cuatro o cinco horas en un hotel descansando del viaje desde Sevilla. Eso dijo ella al hacer el «check in», sin tener una reserva previa. La empleada vio a Antonio David «como dormido» en su silla, tapado con una manta que Macarena había comprado poco antes por 7,5 euros en un bazar chino cercano.
Horas después, ya de madrugada, el coche adaptado fue visto por las cámaras de la A-5 entrando a Madrid por el paseo de Extremadura. Pararon a la altura de Cuatro Vientos, lugar al que la Policía trasladó luego a la madre, acompañada de psiquiatras, para ver si recordaba algo. Pero insistió en lo mismo de siempre. Se sabe que continuó su periplo hacia la M-30. Hasta que apareció en Carabias.