Sin el despacho de insumos de bioseguridad como guantes, alcohol e hipoclorito, transcurrió el primer día de retorno a las clases presenciales en gran parte de las instituciones públicas de San Cristóbal.
Por Anggy Polanco / Corresponsalía lapatilla.com
De visita por la Unidad Educativa Ramón Buenahora en San Cristóbal, se pudo constatar la presencia de una mediana afluencia de escolares, pero en medio del recibimiento los docentes manifestaron su preocupación por la falta de insumos de bioseguridad en medio del temor a una nueva oleada de covid-19 en la región.
Gladys Chacón, presidente del Colegio de Licenciados del estado Táchira, expresó que los gremios están dispuestos a que la educación continúe, pero el llamado a clases debe ser con las condiciones de seguridad, no de palabra, sino de hecho.
“La mayoría de las instituciones educativas están en completo abandono y no cuentan con lo más mínimo que es el servicio de agua, ni puntos hídricos en las entradas de cada institución”, advirtió.
Dijo que lo más elemental es que los niños puedan lavarse las manos con agua y jabón, y no lo tienen en gran parte de los planteles del estado.
Chacón exigió que se cumpla con las medidas de bioseguridad, como parte del derecho a condiciones óptimas de trabajo, lo que no está siendo cumplido por el estado venezolano.
Por otro lado, la docente Karelis Sánchez, manifestó que la mayor preocupación es que las instituciones no están contando con el sistema de bioseguridad adecuado, en vista de que el régimen no ha dotado a los docentes de tapabocas, cloro, alcohol, que permita realizar un protocolo de bioseguridad en cada una de las aulas.
Los docentes de la mayoría de las instituciones están teniendo que recurrir a la solicitud de la colaboración de dinero a los padres y representantes, para la compra de dichos insumos.
A su vez, Karelis Sánchez, comunicó que se mantiene la preocupación por los bajos sueldos. El poco transporte y alto costo del pasaje en pesos mantiene en alerta a los docentes.
La educadora Bella Osorio, directora de un plantel, mencionó que los tapabocas son costosos y por tanto ha tenido que solicitar la colaboración a los representantes para tener los insumos que se requieren para la convivencia educativa.
“Los profesores me manifiestan que el sueldo no les alcanza ni para comprarse un tapabocas N95”, relató Osorio.