Guárico tiene más de 20 años siendo gobernado por dirigentes chavistas, y la calidad de vida de los habitantes de El Calvario en el municipio Francisco de Miranda es el claro reflejo de esta realidad, ya que ha ido de mal en peor, empujando la migración hacia otras partes de la región o fuera de las fronteras venezolanas.
Por Corresponsalía La Patilla
El agua, la luz, el transporte, el aseo urbano, el alumbrado, la seguridad o las telecomunicaciones son servicios deficientes en esta población, a los que se le suma la falta de asfaltado, de óptimos espacios para la salud y la educación, así como de recreación para los niños y jóvenes.
“No hay gas, no hay comida, las calles no sirven, las carreteras no sirven, la luz no sirve. No hay nada que sirva. Y eso ha sido así desde hace más de 20 años. Le hemos pedido de todo a los gobiernos y ellos no resuelven nada. Hay que buscar leña para cocinar, agua hay cuando llueve. Somos el pueblo del olvido”, exclamó José Arjona.
Por su parte, la señora Minerva Milano señaló que en materia de salud la situación es crítica. Recientemente falleció una recién nacida por la inexistencia de atención médica en la zona. Sin embargo, los vecinos han logrado dotar moderadamente el ambulatorio.
“En la medicatura no hay nada. Las mujeres dan a luz encima de los bancos. Yo tuve que ayudar en el parto de una joven porque no tenían nada. Tuvimos que cortarle el cordón umbilical con una hojilla que era lo único que pude conseguir en ese momento para atender a la bebé, que lamentablemente falleció porque se tomó mucho tiempo en obtener la gasolina y el carro para trasladarla a Calabozo. Hay una ambulancia que tiene años parada por falta de repuestos. En el ambulatorio hay un nebulizador, termómetro y tensiómetro porque personalmente fui casa por casa pidiendo ayuda para comprarlo”, precisó Milano.
Los residentes también denunciaron que las bolsas de comida llegan de manera irregular cada seis meses con muy pocos productos, algunos de ellos vencidos o en mal estado.
“La bolsa llega cada seis meses y viene con coquitos, con la harina de maíz mala, la sardina también. Es comida para perros. El gas llega una vez al año. Tenemos que comprarlo bachaqueado o ir a El Sombrero o Calabozo. De paso no contamos con un autobús diariamente para salir a comprar nuestros bienes y más económicos, porque aquí las bodegas son extremadamente caras”, sentenció Rosaura Quintero.