La Fiscalía General dio a conocer este fin de semana la captura de los integrantes de una red criminal que desviaba insumos químicos que serían utilizados para el procesamiento de cocaína en laboratorios clandestinos.
Por: Infobae
El ente acusador indicó que en diligencias de registro y allanamiento realizadas de manera simultánea en Bogotá, Florencia en el departamento de Caquetá, Soacha y Sibaté ubicadas en Cundinamarca se logró la captura de 11 de los hombres y la imputación de otro posible integrante que ya se encontraba privado de la libertad. Lo más llamativo de este caso, es que tiene relación con el escándalo de la finca Haras de San Fernando, en Guasca.
Entre los capturados se encuentran: Diego Fernando Astudillo Trujillo, Francisco Javier López, Jimmy Alexander Fajardo Ávila, Edinson Fernando López Yanguma, Nicolás González López, César Augusto Cuaspud Castaño, Rosel Bonilla Triviño, Gerson Fabian Torres, John Dairo Torres Torres, Rodrigo Bedoya García y Aurelio de Jesús Ramírez Valencia.
De acuerdo con la Revista Semana, lo que relaciona la finca con la red, es que Luis Eduardo Ramírez, el cabecilla de la banda criminal y era presuntamente el enlace principal entre las empresas legalmente constituidas y las estructuras al servicio del narcotráfico. Incluso, en las pruebas obtenidas se puede inferir que este sujeto sería el principal proveedor de sustancias el laboratorio que fue descubierto y destruido en los terrenos de Fernando Sanclemente.
“Las pruebas obtenidas permiten inferir que sería el principal proveedor de sustancias para un laboratorio que fue descubierto y destruido en una finca ubicada en Guasca, Cundinamarca”, informó María Monsalve Directora Especializada contra el Narcotráfico a Caracol Radio.
El año pasado, en dicha finca se encontraron siete toneladas de insumos químicos y 9.453 gramos de cocaína y pasta de coca, el terreno pertenecía al entonces embajador de Colombia en Uruguay, Sanclemente. Lo que lo llevó a renunciar de su cargo, sin embargo, aseguró que ni él, ni su familia conocían que en su propiedad se estuvieran desarrollando actividades ilícitas. “Las pruebas no me involucran y acreditan mi inocencia”, dijo en su momento.
No obstante, en febrero, salieron algunos denuncias que presentó el mayordomo Laureano Martínez contra Sanclemente, acusando al exembajador de haber sabido todo lo ocurrido en el predio, donde en un cambio de versión de los hechos, decidió “decir la verdad, porque la fiscalía le habría ofrecido garantías” según señaló Eduardo Muñoz, abogado defensor en una entrevista para El Tiempo.
Martínez sostuvo que Sanclemente sabía de todo lo que pasaba en su propiedad e incluso dijo que sin su autorización “no se hacía nada”, que “fue el que dio la orden” y que alguna vez incluso estuvo en el lugar supervisando lo que se hacía.
Por otro lado, se descubrió la presunta utilización de empresas en Florencia, donde aparentemente contaban con la complicidad de representantes legales que facilitaban el desvío de la sustancia química controlada.
En este sentido la investigación determinó que los criminales utilizaban complejos rústicos ubicados en Cundinamarca y la región de los Llanos Orientales, para luego procesarlos y enviarlos vía terrestre en vehículos “con carga ilícita hacia diversos municipios de Cundinamarca, Boyacá, Magdalena Medio y Caquetá, donde era comercializada a otras estructuras narcotraficantes”.
Además, de las capturas en el lugar fueron incautados diferentes sustancias usadas para la producción de cocaína: 2.090 galones de manganato de potasio, 1.000 kilogramos de cloruro de calcio, 120 kilogramos de permanganato de potasio y 54 galones de ácido clorhídrico. Sumado en la diligencia se logró la destrucción de un laboratorio clandestino utilizado en la producción de permanganato de potasio en Sibaté.