Los demócratas de la Cámara de Representantes están elaborando un nuevo plan de inmigración dentro de su amplio paquete de gasto social y medioambiental, que ha sido modificado de nuevo este miércoles tras la derrota electoral de anoche en la gobernación de Virginia.
En las nuevas provisiones del paquete de 1.75 billones de dólares del presidente, Joe Biden, se incluye la creación de un programa que beneficiaría a unos 7 millones de inmigrantes indocumentados, otorgándoles la oportunidad de solicitar permisos de trabajo y viaje en Estados Unidos válidos por cinco años, según fuentes consultadas por la agencia de noticias The Associated Press que solicitaron el anonimato para hablar del tema.
“La ayuda en materia de inmigración que proporcionarían los permisos de trabajo y las protecciones contra la deportación transformaría las vidas de millones de familias que han vivido, trabajado y contribuido en este país durante al menos una década”, aseguró en un comunicado la organización sin fines de lucro Forward.
“Le permitiría obtener libertades básicas a las personas que han vivido en este país un promedio de 20 años, como la capacidad para trabajar, la seguridad para permanecer junto a sus familias y la oportunidad de visitar a sus seres queridos en el extranjero”, agregó la organización promotora de los derechos de los migrantes.
Se trata de una meta menos ambiciosa que la última que intentaron incluir los demócratas en este paquete de gasto social que pretenden aprobar mediante un mecanismo de uso muy limitado conocido como reconciliación presupuestaria, el cual les permitiría aprobar el proyecto de ley con una mayoría simple en el Senado, es decir, sin la necesidad de los votos republicanos.
Anteriormente, los demócratas habían tratado de introducir un camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes que viven en el país sin un estatus legal dentro del paquete de reconciliación. Sin embargo, en esa ocasión la asesora parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, quien se encarga de interpretar las reglas internas de ese brazo legislativo, consideró que su inclusión no era posible.
Se espera que en los próximos días los demócratas le presenten a MacDonough una vez más sus modificaciones de inmigración al proyecto de reconciliación, para que determine su validez.
Pero antes de que puedan hacer esto, deberán acordar en el Senado el costo final de su paquete.
El asunto de la inmigración ha sido uno de los más complicados de resolver cuando terminaron de redactar el borrador de la ley, que ya consta de más de 2,130 páginas. Biden propuso que se apartaran 100,000 millones de dólares para reformar el sistema de inmigración, pero eso podría elevar el monto del paquete de 1.75 billones de dólares a 1.85 billones, lo que tendría que ser ratificado por el Senado.
Las posibilidades de que estas provisiones redactadas en la Cámara de Representantes lleguen a aprobarse en el Senado todavía son inciertas, ya que actores clave como el senador Joe Manchin, demócrata por West Virginia, se han mostrado reticentes a dar su visto bueno.
Además del programa que crearía millones de permisos de trabajo para inmigrantes sin estatus legal, los demócratas de la Cámara Baja también han vuelto a introducir otras medidas que podrían apuntalar su posición política tras el descalabro electoral del martes por la noche en Virginia, donde el empresario republicano Glenn Youngkin le arrebató el triunfo al veterano exgobernador demócrata Terry McAuliff.
Entre estas se encuentran la licencia de cuatro semanas con derecho a goce de sueldo para madres y padres con un bebé recién nacido o trabajadores con un familiar enfermo, así como licencia por enfermedad del propio trabajador.
El plan en su conjunto deberá ser aprobado por cada uno de los 50 senadores demócratas, de manera unánime, pues los republicanos ya han expresado su rechazo total.