La Armada de Estados Unidos despidió este jueves a los responsables del submarino nuclear USS Connecticut, que el mes pasado encalló en un montículo debajo del mar en la región del Indopacífico.
Así lo informó la 7ª Flota de la Fuerza Naval de EE.UU., con sede en Japón, en un comunicado, donde explicó que el comandante del submarino, Cameron Aljilani, y su “número dos”, Patrick Cashin, así como el jefe de la embarcación, Cory Rodgers, fueron despedidos por la “pérdida de la confianza”.
El comandante de la 7ª Flota, vicealmirante Karl Thomas, ordenó la destitución de los tres después de determinar que si hubiera habido un “buen juicio”, una toma de decisiones “prudente” y un cumplimiento de los procedimientos que se requieren a la hora de planificar la navegación, entre otros, se hubiera podido evitar el accidente.
El submarino se encuentra actualmente en Guam, una isla en el Pacífico que forma parte de los catorce territorios no incorporados de EE.UU. Allí las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen una base naval y una aérea, donde el aparato está siendo examinado antes de regresar a Bremerton, en el estado de Washington, para ser reparado.
El suceso, en el que resultaron heridos 11 miembros de la tripulación, se produjo el pasado 2 de octubre, cuando este submarino de ataque rápido y propulsado con energía nuclear encalló en una elevación submarina que no aparecía en los mapas.
La Armada no ha aclarado cómo se produjo el accidente ni ha detallado los daños sufridos por el submarino, de tipo Seawolf y con un valor de 3.000 millones de dólares.
Este tipo de vehículos está considerado como uno de los submarinos más sofisticados de la Armada estadounidense.
El mar del sur de China es uno de los principales puntos de fricción en la zona entre Pekín y EE.UU. en su lucha por la hegemonía mundial. EFE