Otros vendedores informales se han ido asomando tímidamente a las cercanías del puente internacional Simón Bolívar, lado colombiano
Por Jonathan Maldonado / La Nación
EL DATO
En La Parada, los “lomotaxis” tienen sus jefes y están organizados por grupos que exigen un ticket de salida cuando consiguen un cliente
A 12 días de la reapertura peatonal por el puente internacional Simón Bolívar, tramo formal que une al municipio Bolívar con Villa del Rosario, son varios los oficios informales que han regresado al puente y sus cercanías, siendo los “lomotaxis” uno de los más reconocidos y empleados por la mayoría.
Los “lomotaxis”, grupo de personas que presta el servicio de transportar costales y demás bultos sobre sus hombros, recibieron ese calificativo durante la ebullición que se dio en la frontera con la migración pendular: venezolanos, de todas las regiones del país, arribaban a la jurisdicción fronteriza de Bolívar, cruzaban a Cúcuta y retornaban con su mercancía, momento en el que hacían uso de este servicio.
Con la llegada de la pandemia, que conllevó el cierre de los pasos internacionales el 14 de marzo de 2020, los “lomotaxis” desaparecieron del puente, al igual que lo hizo el dinamismo aportado por los cientos de transeúntes que cruzaban a diario. Algunos se regresaron a sus tierras; otros, por el contrario, resistieron en otras actividades que se ajustaban a la cuarentena radical.
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