Pier Paolo Pasolini fue un artista prolífico y multidisciplinario que logró canalizar los trágicos episodios que salpicaron su vida desde temprana edad y plasmarlos con genialidad en sus obras. Sin dudas, el cineasta italiano más reverenciado del siglo XX con un legado que perdura.
Por Clarín
Pero junto a su faceta artística convivía el católico, marxista, gay, provocador e irreverente. Un incómodo para su época de su Italia sacudida por los operativos de las Brigadas Rojas, el asesinato de empresarios acaudalados y las mafias extendiendo sus tentáculos sobre el poder político y judicial.
Su confesa homosexualidad, que agitó como bandera, marcaría de forma rotunda su destino, una muerte cruel, un derroche de violencia que más allá de giros, hasta la actualidad, se mantiene como un doloroso enigma.
Infancia turbulenta, homosexualidad y comunismo
Pasolini nació en Bolonia, Italia. Fue el primogénito de un teniente de infantería con inclinaciones fascistas, con serios problemas de ludopatía y maltratador, y de una maestra de escuela de dulce carácter. Justamente debido a la actividad de su padre, pasó gran parte de su infancia trasladándose de una ciudad a otra.
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