No hubo ninguna sorpresa, pero ahora se abren varias incógnitas. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de 75 años, fue reelegido el domingo por cuarta vez en una de las elecciones más cuestionadas en la historia de Nicaragua y calificadas de “pantomima” por Estados Unidos porque todos los principales candidatos opositores a Ortega están en la cárcel.
ISMAEL LÓPEZ // BBC MUNDO
Son de esperar más sanciones por parte de la comunidad internacional e incluso se podría ver afectado el tratado de libre comercio que hay entre el país y Estados Unidos, su principal socio comercial.
La Unión Europea (UE) también rechazó los resultados y dijo este lunes que las elecciones “completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático”, después de que Ortega detuvo a opositores ylíderes empresariales, canceló partidos rivales y criminalizó la disidencia durante meses.
Ortega, un exrebelde marxista que ayudó a derrocar la dictadura derechista de la familia Somoza a fines de los años 70, dice que está defendiendo a su país contra adversarios sin escrúpulos empeñados en derrocarlo con la ayuda de potencias extranjeras.
¿Cuáles son ahora los posibles escenarios en el pequeño país centroamericano? ¿Qué puede deparar un nuevo mandato de Ortega como presidente y su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta? ¿Cuál será el papel de la oposición? ¿Cómo reaccionará la comunidad internacional ante los desafíos de Ortega?
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