Una oda a la megalomanía. Willy Casanova puede “diagnosticarse” como un adicto al poder, también como un cínico, como todo lo que sale del chavismo. Las cosas como son.
lapatilla.com
Volver a postularte para alcalde del lugar que destruiste suena insólito, pero es más duro cuando echas un ojo a la situación de la entidad, hoy convertida en la ciudad fantasma del país.
Cada rincón de Maracaibo está vuelto un chiquero. “Aquí no hay recolección de basura y los vecinos la siguen colocando en sus frentes, porque no la podemos mantener dentro de las casas por los malos olores”, denunció para lapatilla una habitante del barrio El progreso, ubicado en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante.
Las aceras están llenas de basura. Vecinos conviven con insectos y hedores insoportables.
Más allá de eso, existen otros problemas que socavan la tranquilidad de los ciudadanos.
“Maracaibo está en la ruina, porque la actividad económica lucrativa la mató el régimen”, expresó para lapatilla el arquitecto Juan Antonio Robles, miembro de la Comisión Nacional de la Oficina Coordinadora del Ejercicio Profesional del Colegio de Ingenieros y Arquitectos de Venezuela.
Las sedes de clínicas hoy sirven de refugios para familias en situación de calle, y en otros casos se han convertido en guaridas para malandros.
Desde el apagón nacional que afectó a toda Venezuela en 2019, la violencia se apoderó de las calles y la mayoría de las empresas y comercios de la región fueron saqueados ante la mirada complaciente del régimen de Nicolás Maduro y sus lacayos que se aprovechan del Zulia.
La escasez de gasolina es de las peores plagas que padecen los marabinos. Esta perjudica todos los sectores laborales de la urbe noroccidental.
Los productos no llegan a los supermercados y farmacias, transportistas quedan desamparados, pacientes mueren sin tener medios de traslado, y lo más doloroso es que figuras claves del chavismo en el estado no mueven un solo dedo para encargarse de situaciones tan críticas.
Y para colmo, mientras los marabinos siguen pasando por todas estas precariedades, el “y que” alcalde chavista despilfarra una millonada en propagandas para buscar votos que le permitan perpetuarse como el mandamás de la ciudad.
Como dice la gaita de Los Cardenales del Éxito: “Maracaibo, marginada y sin un real, que más le puede pasar, que ya no haya pasado“.