En Maracaibo, el Palacio de Justicia está sumergido en la corrupción, desidia y mala administración. Familiares de los procesados denuncian el maltrato, vejación, pagos excesivos en dólares y solicitud de insumos de oficina para que los procesados tengan un trato “humano”.
Por Corresponsalía lapatilla.com
Las colaboraciones de las familiares van desde desinfectantes, hojas blancas, bolígrafos, almuerzos y hasta pago en dólares de cantidades impagables que van desde los 300 a 5 mil dólares dependiendo del delito.
La fetidez en los pasillos del poder judicial, oficinas sucias, pasillos oscuros y falta de voluntad para trabajar es el día a día de los procesados y sus familiares.
Ana vive en Maracaibo. Su hermano administra una panadería, es el encargado, desde hace varios días este recibía llamadas para extorsionarlo. Le pedían 2000 dólares y si no los cancela, lo amenazan de atentar contra su esposa e hijos. El ciudadano se negó a pagar.
La semana pasada se apersonaron oficiales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) a la panadería, con armas largas seis hombres se lo llevaron, le dieron varias vueltas, le dijeron que si no cancelaba los 2000 dólares serían acusado de tráfico de droga y cometer hechos delictivos en el vehículo de su propiedad. No tuvo para pagar y fue detenido y acusado. Contó su hermana.
Este martes fue presentado, su hermana aguardó en la parte de atrás del poder judicial.
“Tuve que enviarle mis zapatos porque ni siquiera eso le dejaron, me pidieron seis almuerzos, dos resma de hojas, tres bolígrafos, dos balastros y la cantidad de 3000 dólares que serán repartidos entre la juez, fiscal y la Policía Nacional Bolivariana que ejecutaron la extorsión. Como no tuve la cantidad solicitada, fue diferida la audiencia”, dijo.
Esta situación se repite a diario en la sede de la institución donde se debería impartir justicia y hoy solo se realizan continuas violación de los derechos humanos a ciudadanos culpables de delitos y otros inocentes. La libertad tiene un precio muy alto en el Zulia, una vez que ubican a las víctimas y éstas se niegan a pagar la extorsión.
Lo que al inicio del año 2000 era modelo de limpieza, eficiencia y de procesos legales bajo las normas de la ley, hoy está sumergido en la desidia y corrupción, características del régimen. La causa es simple, a la justicia del país también la plagó y corrompió la peste chavista.
Lo cierto es que lo que hoy se observa a las afueras son los gestores, abogados, familiares desesperados, ancianos pidiendo y otros vendiendo bebidas y alimentos para subsistir en una de las ciudades más costosas del país, Maracaibo.