Por tercer año consecutivo, las tiendas en Caracas se unen al Black Friday. Entre tapabocas y algunos dólares en manos, ciudadanos atendieron el llamado a la tradición estadounidense, que ya ha ido afianzándose en el país, en medio de la crisis económica que aún afecta a una gran parte de la población.
La Patilla
En el centro comercial Sambil, ubicado en el municipio Chacao de Caracas, fueron abiertas las puertas al público a partir de las 9 de la mañana y hasta las 11 de la noche, con la promesa de extender las promociones durante todo el fin de semana. Entre los comercios más buscados por los compradores destacaron las zapaterías, tiendas deportivas y de ropa casual.
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A diferencia de lo que se acostumbra en Estados Unidos, las tiendas de electrodomésticos, televisores, telefonía celular, entre otros artículos, no fueron tan concurridas como el resto. En algunas, indicaron que las ofertas que mostraban al público ya venían desde días atrás para evitar que todo se concentrara en un solo día.
En algunos comercios si se observaron ofertas reales de hasta 50 o 70%, sin embargo, en otras, las supuestas promociones aplicaban para artículos específicos, de producción nacional. En otras la reducción de costos era muy baja o no correspondía a lo indicado en vidriera.
Aunque las medidas de bioseguridad estuvieron activas durante todo el día, como los patrulleros con la petición del uso de tapabocas y gel antibacterial, en medio del despliegue masivo de clientes, el distanciamiento se logró a duras penas.
Dólares en efectivo fue el método de pago más empleado. Hasta 80% en uno de los locales, de acuerdo a la gerencia, que se preparaba para recibir hasta 2000 personas más, lo que representaba el doble de la clientela que acudió el año pasado. Las largas colas se hicieron presente desde temprano, con hasta 6 horas de espera por ingresar a una de las tiendas.
Si bien esta es apenas una de las tantas realidades en un país donde el salario mínimo se ubica en 2,2 dólares, los caraqueños que acudieron, aseguraron que se trataba de una oportunidad que quizás no vuelva el próximo año y era necesario aprovechar.