Las tiendas físicas recuperaron su protagonismo en el “Black Friday” estadounidense este año, donde ávidos compradores volvieron a formar largas colas a primera hora del día frente a grandes almacenes del país, reflejando una relativa vuelta a la normalidad, aunque la pandemia siguió afectando la disponibilidad de algunos productos.
Frente a los icónicos grandes almacenes de Macy’s, en pleno dentro de Nueva York, cientos de personas esperaban ansiosamente a atravesar sus puertas a las 6 de la mañana, cuando abrieron después de haber permanecido cerrados durante la jornada anterior, el día de Acción de Gracias.
Las carreras de Macy’s se vieron también en el American Dream Mall, uno de los centros comerciales más importantes de la costa este de EE.UU., donde se aglomeraron clientes pese a que este año los problemas en las cadenas de suministros causados por el covid-19 se tradujeron en unas rebajas considerablemente menores.
Para este año, la Asociación Nacional de Minoristas de EE.UU. (NRF, en inglés) prevé que el 64 % de los compradores acudan a tiendas físicas, a diferencia de 2020, cuando la pandemia forzó a que muchas de las transacciones fueran online.
Aun así, las compras por internet se estima que seguirán siendo potentes, y según datos de Adobe Analytics se gastarán entre 8.800 y 9.600 millones de dólares, en comparación con los 9.030 millones del 2020. EFE