Michael J. Fox se considera afortunado a pesar del debilitante párkinson que lleva tres décadas padeciendo. Prefiere mostrar entereza y ver la parte positiva de lo vivido. Pese a que dicha enfermedad ha supuesto un punto de inflexión en su estado físico de salud, admite que le es indiferente no disponer de una cura. En una reciente entrevista para la revista estadounidense AARP, el actor de Regreso al futuro, que cumplió 60 años el pasado junio, ha insistido en que está “feliz” con el trayecto que le ha tocado recorrer. “En mi mente no hay un solo pensamiento morboso. No le temo a la muerte”, ha asegurado durante la charla. Lo que más le afecta es haber dejado de lado su profesión soñada: el cine. “Como escribí en mi último libro, ahora estoy fuera del negocio”, ha manifestado tras anunciar hace un año que se alejaba por segunda vez de los focos para publicar sus memorias, No Time Like the Future: An Optimist Considers Mortality (“No hay tiempo como el futuro: un optimista considera la mortalidad”).
Por El País
Ha sido este retiro el que ha ayudado al actor a ver su situación desde otra perspectiva. “Intento ser muy directo con las personas que hablan sobre mi tratamiento. Cuando me preguntan si creo que curarán mi párkinson, les digo: ‘Ya tengo 60 años y la ciencia es difícil. Así que no”. Fox ha aprendido a aceptar su realidad y la premisa de que el párkinson “no conduce” su vida, sino que “forma parte de ella”.
Admite, sin embargo, que no siempre fue así. Durante una temporada estuvo sumido en una oscuridad de la que solo pudo salir tras el fallecimiento de su suegro. “Tuve una revelación. Él siempre expresó gratitud, aceptación y confianza”, ha declarado, tras asegurar que ha conseguido integrar esa determinación en su propia experiencia. “Identificaba cosas por las que se sentía agradecido y veía la forma en la que otras personas respondían a las dificultades con esa gratitud. Llegué a la conclusión de que agradecer lo que tienes hace que el optimismo sea sostenible”, ha explicado, haciendo un llamamiento a todos aquellos que siguen inmersos en la tristeza que producen las dificultades de la vida: “Si crees que no tienes nada por lo que estar agradecido, sigue buscando. Porque el optimismo no es algo que uno recibe sin más. No puedes esperar a que las cosas sean fantásticas. Te tienes que comportar de forma que sea eso lo que promuevas”.
El intérprete de películas como Enredos de familia y Cuento de Navidad ha revelado que se arrepiente de haber rechazado algunos papeles por tener en mente su enfermedad. “Llegó un punto en el que no podía confiar en mi capacidad para hablar, lo que significaba que ya no podía seguir actuando cómodamente. Por ello, el año pasado abandoné la actuación”, ha confesado. Uno de los papeles más recientes y relevantes para él surgió gracias a la serie The Good Wife, donde interpretó a un abogado que padecía síntomas similares al párkinson y los utilizaba para manipular al jurado. “Era absurdo y grosero, me encantó la idea cuando me la ofrecieron”, ha desvelado.
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