Desde el covid hasta el boicot diplomático de Estados Unidos, pasando por el caso Peng Shuai, los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín (4-20 de febrero de 2022) se enfrentan a una serie de controversias que ponen en entredicho al régimen comunista.
– Xinjiang –
La administración estadounidense de Joe Biden anunció el lunes un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Pekín, alegando “flagrantes violaciones” de los derechos humanos, especialmente en Xinjiang.
Los atletas estadounidenses participarán en las pruebas, pero sin ninguna delegación oficial.
Las organizaciones de derechos humanos acusan a China de encerrar a más de un millón de musulmanes en campos de reeducación política en Xinjiang, una vasta región del noroeste del país.
Los uigures, principal grupo étnico de la región, están en el punto de mira de Pekín tras una serie de atentados atribuidos a islamistas y separatistas.
Pekín afirma que los campos son en realidad centros de formación profesional destinados a alejarlos de la radicalización.
Washington ha hablado de “genocidio” en Xinjiang tras los informes sobre esterilizaciones forzadas.
El Departamento de Estado dijo que el personal diplomático estaría presente en China para supervisar a los atletas estadounidenses.
– Coronavirus –
Los Juegos de Pekín se celebrarán solo seis meses después de los Juegos Olímpicos de Verano de Tokio, que se aplazaron un año debido a la pandemia.
China, donde el virus surgió por primera vez a finales de 2019, ha contenido en gran medida el contagio, pero aún se enfrenta a brotes esporádicos, que trata de eliminar con medidas radicales: confinamiento, detección masiva y vacunación a partir de los tres años.
Con las fronteras de China prácticamente cerradas desde marzo de 2020, los Juegos de Pekín se desarrollarán en una burbuja sanitaria en la que permanecerán los cerca de 2.900 atletas que se espera que asistan.
Tendrán que ser vacunados o someterse a una cuarentena de 21 días a su llegada. Todos serán sometidos a pruebas de detección diarias.
Solo los espectadores residentes en China podrán ver las pruebas.
– Peng Shuai –
La tenista, que ha representado a su país en tres ocasiones en los Juegos Olímpicos, acusó a un antiguo funcionario chino de forzar una relación sexual con ella hace tres años.
Su mensaje, publicado en una red social, fue rápidamente censurado y la tenista de 35 años desapareció del radar durante tres semanas, causando preocupación en el mundo del tenis.
La ex número 1 del mundo en dobles, que ganó el Abierto de Francia en 2014, reapareció finalmente en noviembre en una videoconferencia con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, y dijo que estaba bien.
Preocupada por la jugadora, la WTA, el organismo que supervisa los torneos profesionales femeninos, decidió la semana pasada retirar a China de su circuito “independientemente de las consecuencias financieras”.
– Tíbet –
Los grupos de derechos humanos desafían la presencia de China en el Tíbet, acusando a Pekín de reprimir la libertad religiosa.
El dalái lama, líder espiritual tibetano, acusa al régimen comunista de llevar a cabo un “genocidio cultural”.
A mediados de octubre, el encendido de la llama olímpica en Grecia fue interrumpido por una manifestación de activistas pro-Tíbet.
AFP