Este lunes se realizó el último debate presidencial en Chile previo al ballotage de ese domingo 19. El cara a cara entre Gabriel Boric y José Antonio Kast comenzó de manera tranquila, con los candidatos respondiendo a las preguntas y respetando el tiempo asignado para hablar y exponer sus ideas. Sin embargo, el encuentro entre los dos políticos fue adquiriendo un tono un poco más agresivo, con ataques y señalamientos de parte de cada uno.
El debate pudo ser visto a través de los canales de la Asociación Nacional de Televisión, como la Televisión Nacional de Chile, TVN (TVN.cl) desde las 20:00 hora local (23.00 GMT). Se extendió por 2 horas y 15 minutos y por sorteo el primero en responder fue Gabriel Boric.
Los periodistas a cargo de la conducción del espacio fueron: Matías del Río por TVN, Soledad Onetto por Mega, Daniel Matamala por Chilevisión e Iván Valenzuela por Canal 13. El programa tuvo ocho segmentos con diferentes temas: dos de economía, cuatro sociales y dos de política.
Durante el primer bloque del debate se trataron cuatro segmentos temáticos: gobernabilidad, programas de gobierno, impuestos y costo de la vida.
Ante la pregunta de cuáles de los presidentes de los presidentes de los últimos 30 años en Chile admirada, el candidato Boric respondió que Michelle Bachelet.
“Tengo una muy buena opinión de lo que fue el segundo gobierno de Bachelet, se implementaron reformas ambiciosas que están dando sus frutos”, dijo Boric.
Los periodistas a cargo de la modular el debate le recordaron a Kast los dichos misóginos y violentos de un parlamentario electo de su sector.
“Hemos sido muy claros en condenar los dichos de Johannes Kaiser, hemos condenado también la ironía y broma de muy mal gusto que hicieron con Gloria Naveillan. Hemos recomendado a Gonzalo de la Carrera tener cuidado con las publicaciones”, dijo Kast.
Boric atacó a Kast y le recordó que sin su apoyo el político Johannes Kaiser no hubiera sido electo como parlamentario.
Sobre el estallido social en Chile, Kast aseguró que si este hubiera ocurrido durante un hipotético mandato suyo la situación no hubiera sido tan crítica.
El candidato de derecha además hizo correcciones sobre lo que sería su política en temas vinculados a la mujer.
“Se mantiene en una línea. Nosotros en el tema de la mujer siempre hemos valorado y defendido los derechos de la mujer. Que lo hayamos expresado de una manera distinta en el programa inicial y lo hayamos corregido y mantenido para reforzarlo, era algo que se iba a hacer igual”, dijo Kast.
Ante los señalamientos de los periodista a miembros del sector político de Boric sobre la cancelación del festival Puerto Ideas en Viña del Mar por tener un supuesto financiamiento de la embajada de Israel, el candidato de izquierda se defendió: “Si fuera por una censura antisemita, me parecería inaceptable”.
Sobre el manejo de la pandemia, Kast alabó el manejo del gobierno de Piñera, que reconocido en la región y en el mundo.
“El equipo de salud con que contamos y que lidera Paula Daza tiene todos esos antecedentes (…) soy inexperto en el número de vacunas. Sí sé que el plan de vacunación que ha llevado el gobierno es de los más exitosos a nivel mundial y vamos a continuar con eso. Y contamos con la persona que ha tenido la continuidad”, dijo Kast.
Boric, sobre el tema de la pandemia, dijo que lo bueno se tiene que mantener y lo malo mejorar.
Más de 15 millones de chilenos están convocados en una semana a las urnas en las elecciones presidenciales más inciertas y trascendentales desde el retorno a la democracia, con dos candidatos al margen de los partidos tradicionales y con dos propuestas de país totalmente opuestas.
Los últimos sondeos publicados antes de la veda electoral daban como ganador al exlíder estudiantil Gabriel Boric, la carta del izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, que en la primera vuelta del 21 de noviembre quedó segundo con el 25,8 % de los votos frente al 27,9 % de Jose Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano.
Los expertos, sin embargo, alertan de que el resultado será muy ajustado y se definirá voto a voto. Siempre se ha dicho que quien saca más votos en primera vuelta llega a La Moneda (sede de Gobierno) -algo que lleva ocurriendo desde 1999-, pero esta vez es distinto pues la diferencia entre ambos candidatos fue muy pequeña.
Conscientes de la fragmentación parlamentaria y de que más del 30% del electorado optaron en primera vuelta por opciones más moderadas, ambos candidatos han templado sus discursos para acercarse al votante de centro.
Kast, defensor acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura (1973-1990) y partidario de la mano dura contra la migración y la violencia, partió prometiendo una bajada drástica de los impuestos, pero luego matizó y dijo que lo hará “de manera gradual”. Sus referentes, sin embargo, siguen siendo Donald Trump y Jair Bolsonaro, y más de una vez ha defendido al general Augusto Pinochet. Boric, en tanto, ansía un Estado de bienestar parecido al europeo, con acento feminista y ecologista, y ha tenido que poner más énfasis en la recta final en temas de seguridad pública.
Independientemente de la moderación de las últimas semanas, el futuro presidente encabezará el Gobierno más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973) o el más derechista desde Pinochet.
Tanto Kast como Boric integran formaciones de reciente creación y es la primera vez desde el retorno a la democracia que los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha se quedan fuera de la contienda.
El ultraderechista logró reunir rápidamente los apoyos de la derecha oficialista, cuyo candidato Sebastián Sichel quedó cuarto en noviembre. Y en las últimas semanas ha sumado a su campaña rostros conocidos como la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, o la alcaldesa del capitalino barrio de Providencia, Evelyn Matthei.
A Boric le costó un poco más, pero finalmente consiguió los apoyos de la antigua Concertación, la alianza de centroizquierda que lideró el país entre 1990 y 2010.
El fichaje de la popular médico Izkia Siches como jefa de campaña ha supuesto un revulsivo para el exlíder estudiantil, así como el espaldarazo del ex presidente Ricardo Lagos.
La gran incógnita es qué harán el 12,8% de los votantes de Franco Parisi, un polémico economista que sorpresivamente quedó tercero, pese a que ni siquiera pisó Chile e hizo campaña en redes sociales desde su residencia en Alabama, Estados Unidos.
En las elecciones de 2013, las últimas a las que se presentó, Parisi no se posicionó por ningún candidato, aunque el 70% de su electorado se fue con la conservadora Evelyn Matthei, que perdió contra la socialista Michelle Bachelet.
Los expertos aseguran que Parisi ha conseguido captar el voto castigo y el perfil de su electorado es gente joven, mayoritariamente del norte del país. Con una abstención endémica y un cuestionado voto voluntario, la participación sigue siendo una incógnita: en la primera vuelta solo un 47 % de los convocados concurrió a las urnas.
Con información de EFE