Al menos 23 jóvenes murieron en el sureste de Sudáfrica en lo que va de mes durante los ritos de circuncisión tradicionales que marcan el paso a la edad adulta, informaron este lunes a Efe fuentes oficiales.
Los fallecimientos se produjeron en la provincia del Cabo Oriental (sureste), la región sudafricana que cada año por estas fechas se convierte en el epicentro de estos ritos.
“Las muertes son consecuencia de ilegalidades (…). Por eso, pedimos a los padres que trabajen con nosotros”, explicó a Efe Mamkeli Ngam, el portavoz del Departamento de Asuntos Tradicionales del Cabo Oriental.
Los ritos de iniciación son una práctica tradicional de numerosas comunidades africanas que marca, para los varones, el paso de la niñez a la edad adulta.
Difieren de unas zonas a otras, pero normalmente incluyen la circuncisión de los adolescentes participantes, que luego deben sobrevivir a la intemperie con otros iniciados y con sus mentores sin la atención médica apropiada y sin apenas comida y ropa.
La mayoría de las muertes se producen cada año por deshidratación, debido a la creencia de que no deben beber agua, y por la falta de atención sanitaria.
En Sudáfrica, los jóvenes llegan a pasar un mes al aire libre y la temporada de iniciaciones es bianual, con una opción de invierno y otra de verano, que ahora se encuentra en su ecuador.
Las ceremonias se practican en las llamadas “escuelas de iniciación”, algunas de ellas reconocidas legalmente y otras sin homologar, por las que pasan miles de jóvenes cada año.
Pese a que esas ceremonias son consideradas por muchos parte esencial de la cultura africana, las organizaciones de protección de la infancia denuncian habitualmente el trato “inhumano” que a menudo soportan los adolescentes para ser respetados como adultos en su comunidad.
Durante el año 2020 esta clase de ritos dejaron 14 muertos en estas mismas fechas -una de las cifras más bajas de los últimos tiempos-, pero las autoridades locales estiman que la participación, en general, pudo ser menor por el impacto de la pandemia de covid-19. EFE