La carrera ascendente del actor tuvo un salto definitivo cuando encarnó por primera vez al detective que lo volvería inmortal. Todos los films están en HBO Max
El rostro de Clint Eastwood era conocido por su trabajo en televisión cuando Sergio Leone lo convocó para hacer tres westerns en Italia que lo convertirían en un famoso actor de cine. Eastwood era sinónimo de western y una estrella en permanente ascenso. Fue entonces cuando Don Siegel, un director que ya había dirigido a Eastwood en un par de films taquilleros, le dio el papel que lo cambiaría todo para siempre: el inspector Harry Callahan.
Por Infobae
Clint Eastwood termina de armar con este personaje su imagen y consolidar su carrera. Callahan trabaja para la policía de la ciudad de San Francisco y tiene problemas con sus superiores, incluso con el alcalde. Sus métodos son directos y violentos, pero es un policía recto, comprometido con su trabajo. Cuando un asesino demente empieza a matar gente y le pide dinero a la ciudad para dejar de hacerlo, será Harry, el sucio él que se encargue de perseguirlo.
La película tiene en su protagonista uno de sus puntos más altos, pero va mucho más allá. El director Don Siegel sabe cómo filmar. Pocos diálogos, grandes escenas de acción, una narración precisa y efectiva. Cientos de películas se basaron en este film y ninguno llegó a su altura. Los actores secundarios son de primer nivel y algunos diálogos son ya parte de la mitología del cine. La música la compuso el argentino Lalo Schifrin, el mismo de Misión imposible, lo que termina de armar un estilo de película que sería moneda corriente en la década del setenta, retratando la violencia creciente en las grandes ciudades.
Por supuesto que la película levantó algo de polémica. Callahan es implacable con los criminales y hay una escena inolvidable y perturbadora cuando en medio de un cancha de fútbol americano arresta al villano mientras le pisa la herida que le acaba de hacer con su Magnum 44. No es una escena agradable y Harry muestra su lado oscuro, aun cuando estemos frente a uno de los criminales más asquerosos que haya sabido dar la historia del cine. Una vez más: todo, incluso ese asesino, fue copiado de esta película e imitado como pocas cosas en el cine.
El villano que se hace llamar a sí mismo Scorpio está basado en el famoso asesino del Zodiaco, criminal serial que causó terror por aquellos años. Andrew Robinson, el actor que lo interpreta y que debutó con este film, es tan convincente en su personaje que luego del éxito de la película recibió amenazas de muerte y terminaron sacando su teléfono de la guía. Los espectadores lo odiarían de ahí en más y para siempre. Su tarea, sin duda, estaba cumplida.
Muchos actores rechazaron el papel y hay varios mitos alrededor del casting. Y sí es cierto que muchos dijeron que no porque veían que la película era demasiado violenta. Otros objetaron la ideología del film. Eastwood y Siegel dijeron siempre que la película no tenía contenido político, simplemente era diversión. Harry Callahan puede ser considerado un policía violento con métodos discutibles, pero la película está muy a tono con la desconfianza del público norteamericano frente a sus instituciones. El protagonista no es de izquierda, pero se rebela contra las arbitrariedades y la locura del sistema. Incluso, su superior le pide que se corte el pelo que, claramente, es muy largo para un policía.
El éxito fue tan grande que Harry, el sucio volvió en cuatro películas más: Magnum Force (1973), The Enforcer (1976), Sudden Impact (1983) y The Dead Pool (1988). Pero las críticas al personaje no fueron desatendidas. En el segundo film los villanos son un grupo parapolicial que se dedica a hacer justicia por mano propia. En la tercera de las películas su compañera es una mujer y en la quinta su compañero es oriental. La cuarta fue dirigida por el propio Clint Eastwood, que en esa época ya tenía una trayectoria como director.
Y hablando del Eastwood realizador, en una de las escenas iniciales de Harry el sucio se ve en la marquesina de un cine que están dando Play Misty For Me (1971) otro título protagonizado por Clint Eastwood y su debut como director. Así que doble festejo. En el 71 no solo nació su personaje más recordado, sino también una de las mejores carreras como realizador que haya tenido Hollywood desde entonces.