En la capital venezolana, un joven fotógrafo se ha dedicado a captar a bailarines y deportistas en emblemáticos espacios de la ciudad y en lo alto de las zonas más pobres, logrando una mezcla de estética y cotidianidad.
Por Adriana Núñez Rabascall / vozdeamerica.com
Con cada disparo del obturador de su cámara, Difred Colina, se esfuerza por lograr una armonía entre la luz, el espacio y el sujeto.
Desde hace 6 años se ha dedicado a captar a bailarines, acróbatas, gimnastas o deportistas en lugares emblemáticos de Caracas, sin importar lo hostil que pueda ser el entorno.
“Me crié en un barrio que, años atrás era muy, muy violento. ¿Qué pasa?. Quiero dar como que un mensaje de que no solo en los barrios se ve la violencia, también hay personas que están trabajando y venimos del mismo barrio”.
Durante la soleada tarde de nuestro encuentro, retratará a la bailarina de ballet, Samara Moratinos, en la terraza de una casa en Petare, la barriada más grande de Venezuela.
“Trato de buscar siempre los mejores en cada disciplina, ¿por qué?, porque la fotografía que yo hago en la calle se necesita que cada quién sepa lo que tiene que hacer. Las fotografías que yo estoy haciendo, no solamente es una foto. Es como un show que nosotros hacemos en la calle”.
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