Jamie Spears fue suspendido de su cargo como tutor de Britney Spears en septiembre, dos meses antes de que se pusiera punto final definitivamente a la supervisión legal bajo la cual ella había vivido desde 2008.
Por Quién
Ahora él presentó una demanda en los juzgados en la que solicita que sea la cantante de Toxic quien pague los honorarios de sus abogados, alegando que estos continúan al frente de los procedimientos relacionados con los deberes de Jamie durante la liquidación de la tutela.
En los documentos obtenidos por la revista People se indica que esta medida resulta vital para permitir que Britney retome el control de su vida, tal y como desean tanto ella como su padre.
El equipo legal de la artista reaccionó a esta solicitud tachándola de “vergonzosa” y señalando que Jamie ya se ha “embolsado millones” a través de su hija. También argumenta que su conducta no es la de un “padre que ama a su hija.”
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