Hace poco tiempo me hicieron una entrevista radial, en la cual querían conocer, fundamentalmente, el lugar donde me había criado. Allí me di cuenta de lo poco que he comentado sobre el Batatillo.
El Batatillo es un caserío ubicado en la carretera panamericana vía Monay, situado entre La Pastora, estado Lara y Monay, de Trujillo. Está ubicado en una zona llana, conocida como los llanos o las sabanas de Monay, estratégicamente situado en un valle, rodeado por los cerros de Santa Cruz, El Morro y San Isidro. Por estar asentado a 290 metros sobre el nivel del mar, registra unas altas temperaturas que en algunas ocasiones alcanzan hasta los 40º. Según las pocas estadísticas existentes, registra una población cercana a los 3 millares de habitantes.
Mi pueblo de adopción cuenta con tres corrientes de agua. El rio San Antonio, de aguas no muy limpias donde no es sano bañarse. La quebrada de las Mulas, múltiples pozos adornan su paso por nuestro pueblo, empezando por mi preferido: el pozo de la Peña, fuente de agua fría y cristalina que baja por una cascada natural, esculpida, me imagino que por el paso del tiempo, en una piedra, culmina en una piscina natural construida en la base de la misma piedra. Su temperatura es muy baja por lo que cada vez que uno se baña, sale tiritando por el frio. Espectáculo que marcó mi infancia y dudo que jamás logre olvidarlo. Quebrada abajo se encuentra el pozo del tanque, seguido del pozo de la raíz, el de la pollera para culminar su paso por el Batatillo con el pozo del puente. El caño del alumbre, esta es una corriente con muy escasa circulación de agua, solo incrementada en las temporadas de lluvia. Creo que su denominación se debe a que allí se podía encontrar el mineral del cual recibe su nombre.
Recuerdo que, los fines de semana nuestros padres preparaban un día de campo y nos llevaban a bañarnos en esa quebrada de las mulas. Mi mamá preparaba unas ricas arepas, cuajada, agua miel y pasábamos los días felices y contentos, bañándonos en los pozos y degustando los manjares. Por cierto, olvidé comentarles que en las cercanías del Batatillo, también hay otro manantial de agua adulce, al cual le hicieron una canalización para convertirlo en un surtidor para camiones cisternas. El agua la llevan a los poblados vecinos que no les llega agua por tubería. En ese sitio, conocido como los chorritos, se reúnen muchas personas, unos a lavar carros, otros a llenar envases y muchos a bañarse
La economía del Batatillo está basada en la cría de ganado vacuno, porcino, ovejas, chivos y gallinas. Hace muchos años, en las riberas del rio San Antonio, estaba instalada una refinadora de arena para la extracción de sílice, llamada “La Aresca”, esta empresa era un proveedor seguro de empleo para los lugareños, desafortunadamente, cesó sus operaciones en la década de los 70.
Contribuyen con la economía diversas especies frutales como el mango, guayaba, guanábana, patilla, lechosa, piña aguacate, limón, naranja, plátano, cambur, mamón, curibijuri y una de las frutas más deliciosas que he probado, pero que nunca más he podido encontrar, nosotros la llamábamos “modroño”, últimamente me he enterado que su nombre es madroño. También se cultiva en buena escala el maíz, caña de azúcar, ají dulce y picante, yuca, auyama, ajonjolí, entre otros. En las cercanías del Batatillo abundan los pastizales espesos, con especies de árboles superiores a los 20 metros como el caracolí, el canalete y la ceiba.
Entre las especies animales más comunes que se pueden encontrar en los alrededores del Batatillo, están, el rabipelado, conejo, zorro, cachicamo, iguana, tragavenado; y aves como el loro, el arrendajo, el azulejo, la chupita, el titirijí, el carpintero, la tortolita, el perico, la garza, la golondrina, la perdiz y el alcaraván.
En 1963, época en la que llegué al Batatillo, recuerdo que en la estación de gasolina que funciona en el pueblo, había un árbol de Batatillo, inmenso, gigante diría yo, el cual le daba el nombre al pueblo. Alrededor de este colosal espécimen fue colocado un redondel que servía de asiento para todos los visitantes, quienes se recreaban a la sombra del árbol. Los niños jugaban entre sus variados troncos, mientras que, los adultos lo utilizaban como sitio de tertulia y terminal de carritos y autobuses. En un pueblo donde había escasos espectáculos, la mayor diversión era sentarse en el redondel del árbol a ver el paso de los carros por la carretera. Desafortunadamente, hace tiempo enfermó y murió el árbol y con él se marchó parte de la historia del pueblo.
El Batatillo era un pueblo muy pintoresco, su patrona, la virgen del Carmen, era agasajada con grandes fiestas, en fechas cercanas al 16 de julio de cada año: carreras de caballos; de burros; de bicicletas; de sacos; palo encebado. Una atracción especial era, la llegada del carrusel del viejo chato, como lo llamábamos. También el sr. Valentín vestía la cruz de mayo y organizaba grandes parrandas en su honor.
El pueblo tenía una calle principal y como tres secundarias, todas de tierra. Recuerdo que por el centro del pueblo pasaban los postes y las cuerdas del telégrafo y una de nuestras diversiones, al salir de la escuela era pegar el oído a los postes de madera para escuchar unos raros sonidos que despedían.
Cuando mi familia se mudó, desde Cerro Libre para el Batatillo, en este ultimo pueblo, casi todas las casas eran de bahareque, techos de palma, pisos de tierra, sin agua de ningún tipo, la cual debíamos cargarla en tobos desde sitios muy lejanos. Las necesidades fisiológicas eran practicadas en los montes o en algunos casos en letrinas, el papel higiénico era inexistente. Nos alumbramos con velas, mechurrios, lámparas de querosén y un poco después con lámparas de gasolina. Se cocina en fogones de leña o en cocinitas de querosén.
Las bodegas usaban neveras de querosén y a falta de luz, cerraban cuando oscurecía. Los radios eran de pilas, las planchas eran de hierro y se calentaban en brasas. En el año 1974, en casa de unos vecinos que tenían una planta de gasolina, vi mi primer programa de televisión: el Zorro ¡Por fin! en el año 1975 llegó la electricidad al Batatillo y con ella desaparecieron los espantos, reales o imaginarios. Para concluir esta parte, quiero desearles una feliz navidad y pronto nos leeremos nuevamente, para seguir contándoles acerca de mi vida.
Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE
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